Kate Middleton y su hija, la princesa Charlotte, se convierten en dos de las protagonistas del día después de que se haya confirmado oficialmente cuál ha sido su último movimiento. Y es que, hace apenas unas horas, ambas han sido fotografiadas por los paparazzi en un lugar totalmente inesperado.
Desde que comenzaron las vacaciones de verano, han sido varios los rumores que han salido a relucir relacionados con varios de los miembros de la Familia Real británica. Entre otras cosas, se había confirmado que este año los príncipes de Gales no tenían pensado pasar parte de su descanso estival en Balmoral.

Además, y por si fuera poco, varias personas habían asegurado que la intención de Kate Middleton y el resto de su familia era pasar menos tiempo en este histórico palacio. Sin embargo, y a juzgar por las últimas fotografías que han salido a la luz, nada más lejos de la realidad.
Pese a todos los rumores que han circulado durante estas últimas semanas, la futura reina consorte y su hija, la princesa Charlotte, han sido fotografiadas viajando a Balmoral. Un desplazamiento que han llevado a cabo con el resto de su familia.
Kate Middleton, la princesa Charlotte y el resto de su familia son pillados en las inmediaciones de Balmoral
Kate Middleton, el príncipe Guillermo y los príncipes George, Charlotte y Louis, han puesto rumbo a Balmoral para compartir unos días en familia con los monarcas antes de retomar sus obligaciones. Viaje que han llevado a cabo tras su escapada privada a Grecia el pasado mes de julio, en la que también estuvo presente Camila.

Fue el pasado 18 de agosto cuando el rey Carlos III y su mujer se trasladaron al castillo escocés. Sin embargo, no ha sido hasta este domingo, 24 de agosto, cuando los príncipes de Gales y sus hijos fueron vistos participando en el oficio religioso de la iglesia Crathie Kirk.
Tal y como ha trascendido, Kate Middleton, la princesa Charlotte y el resto de su familia acudieron en coche a este templo religioso ubicado muy cerca de Balmoral. Una vez allí se reunieron con los soberanos.

A la cita también se sumaron los duques de Edimburgo, el príncipe Eduardo y su esposa Sofía, además de la princesa Ana, quien festejó recientemente su 75º cumpleaños.
No hay ninguna duda de que Balmoral, el castillo comprado en 1852 por el príncipe Alberto para la reina Victoria, tiene un gran valor simbólico para los Windsor. Y es que, a día de hoy, este espacio funciona como residencia de verano donde los miembros de la familia disfrutan de un estilo de vida más relajado.
Allí, y según ha trascendido, Felipe de Edimburgo solía agasajar a sus invitados preparando barbacoas, mientras que la reina Isabel II se ocupaba de tareas domésticas como fregar los platos.