Primer plano de Irene Urdangarin con rostro neutro y, al fondo, aparece la infanta Cristina con expresión seria.

La infanta Cristina se queda muda tras lo sucedido con Irene Urdangarin en Barcelona

Irene Urdangarin viaja a la ciudad Condal dispuesta a olvidar su ruptura y deja a la infanta Cristina en shock

Irene Urdangarin ha conseguido que su madre, la infanta Cristina, se quede sin palabras ante lo sucedido en su viaje a Barcelona. La benjamina de la familia se encuentra todavía intentando superar la ruptura con Juan Urquijo y qué mejor que la ciudad Condal. En ella, Irene ha tratado de olvidar a su expareja dejándose llevar antes de volver a Oxford.

Comienza para la hija de la infanta Cristina una nueva etapa plagada de retos y experiencias nuevas. A su regreso a Reino Unido se lleva sus recuerdos en Grecia, Bidart y, ahora, también su estancia en Barcelona.

Primer plano de Irene Urdanagarin con expresión seria mirando al frente en un entorno al aire libre.
Irene Urdangarin supera su ruptura con Juan Urquijo en Barcelona | Europa Press

Irene Urdangarin deja sin palabras a la infanta Cristina con lo último

Irene Urdangarin afronta la que es su primera ruptura sentimental reconocida tras confirmarse que su romance con Juan Urquijo ha llegado a su final. A sus 20 años, la hija de la infanta Cristina trata de recomponer su vida y reconstruir su pequeño corazón. En este duro trance, la familia está resultando ser para ella de vital importancia.

En este marco, lo último que se ha sabido de Irene ha dejado sin palabras a la infanta Cristina. La joven Urdangarin decidió pasar unos días en Barcelona y lo que sucedió en la ciudad Condal enmudece a la infanta. Y es que Irene optó por pasar un día en familia y asistió con su madre a la final de la Supercopa de Cataluña.

Entre las gradas, animó a su hermano Pablo, jugador del Fraikin BM Granollers, enfrentado al Barça. El escenario fue el Complex Esportiu Municipal Les Moreres de Esplugues de Llobregat. Allí madre e hija intercambiaron gestos llenos de ternura, abrazos y manos entrelazadas como nunca antes habíamos visto.

Las cámaras captaron cómo la mirada de Irene transmitía nostalgia y calma, comprobando su móvil y dejando que su madre la reconfortara en silencio. También Pablo le brindó un apoyo público a su hermana pequeña.

En un momento dado, ambos hermanos se dedicaron con la mano un gesto de corazón que derrochó complicidad y cariño. Un detalle que logró emocionar a la infanta Cristina y que también contribuyó a dejarla sin palabras.

La infanta Cristina se convierte en el gran apoyo de Irene Urdangarin

El ambiente en las gradas entre Irene y la infanta Cristina era de lo más familiar. La presencia de Cristina junto a su hija viendo a su lado a Pablo aportó ese calor que va más allá de las palabras. El motivo de que la joven Urdangarin busque ahora el refugio de su familia guarda relación con la ruptura con Juan Urquijo anunciada en agosto.

Se sabía que habían mantenido una relación a distancia, él en Madrid y ella en Reino Unido. No obstante, las diferencias en sus estilos de vida han terminado marcando su camino hacia el final. La decisión no fue sencilla e Irene ha necesitado de este verano para recuperarse de la ruptura.

La infanta Cristina, Irene Urdangarin y Pablo Urdangarin caminando juntas en un estacionamiento iluminado por la noche.
Pablo Urdangarin y la infanta Cristina arropan a Irene Urdangarin | Europa Press

Durante las vacaciones, pasó tiempo con amigas, compartió momentos con su familia en Grecia y Bidart. Su última parada ha sido Barcelona, donde ha encontrado en Pablo y en la infanta las fuerzas necesarias para regresar a Oxford.

Ese día en el pabellón fue el reflejo de ese nuevo comienzo que emprende la hija de la infanta Cristina. La jornada sirvió para recargar pilas, para cerrar el verano con su gente, antes de regresar al Reino Unido y encarar un curso nuevo. En esa grada, tanto Cristina como Pablo fueron ese epicentro de seguridad que necesita en este momento de su vida.

Está claro que en momentos difíciles, Irene tiene en su madre, la infanta Cristina, y en su hermano a sus mayores apoyos, los incondicionales. Y no hay mejor regreso que ese: un abrazo sin necesidad de explicaciones.