El rey Juan Carlos se mudó a Abu Dabi en un intento de borrar los años más polémicos de su reinado. No obstante, en su huida dejó amarrado en Ibiza el barco que fue de su propiedad y del que ahora se han descubierto sus secretos. Adentrándonos en su interior, se aprecia todo el lujo de la embarcación y detalles que han llamado mucho la atención.
El antiguo Fortuna, hoy rebautizado como Foners, descansa en el puerto de Ibiza, rodeado de megayates, y su sola presencia evoca ostentación y poder monárquico. Fue un obsequio de empresarios baleares al rey Juan Carlos a inicios del siglo XXI. Costó unos 18 millones de euros y fue construido en Cádiz.

Salen a la luz los secretos del barco del rey Juan Carlos
El rey Juan Carlos está de actualidad, aunque en esta ocasión no se deba a sus viajes o polémicas relaciones. La noticia es ahora la embarcación que fue de su propiedad y que, a día de hoy, se encuentra amarrado en el puerto de Ibiza. Allí, el emérito dejó el Fortuna, su buque insignia que, viendo su interior, hace honor a su nombre.
La embarcación se puede alquilar por la friolera cantidad de 20.000 euros al día. Un precio acorde al lujo y la ostentación que se encuentra en su interior. Son muchos los detalles que llaman la atención del navío de Juan Carlos, entre ellos una sala de cine y la amplitud de sus camarotes.
En su época fue catalogado como uno de los yates más veloces del mundo. Los tres motores Rolls-Royce lo impulsaban hasta unos impresionantes 68 o incluso 70 nudos, el equivalente a casi 130 km/h. Esa potencia desmedida realza su carácter de símbolo extremo de riqueza y privilegio.
Hoy ese lujo no ha desaparecido y el yate sigue ofreciendo cuatro camarotes dobles para ocho personas. Múltiples zonas al aire libre como terraza con tumbonas y bar, solárium en proa y comedor al aire libre en popa. También cuenta con jacuzzi, sala de cine, sistemas de entretenimiento modernos, Wi-Fi y aire acondicionado.
El mobiliario también resulta de lo más llamativo. Fue renovado en 2023, con muebles artesanales, cuero y materiales exclusivos diseñados por Spadoli Design, dejando el yate como una joya contemporánea del diseño náutico.
El rey Juan Carlos y su buque insignia
El rey Juan Carlos llamó a su yate Fortuna sin mayores contemplaciones. Hoy lo describen como “ingeniería española con comodidades de lujo”, y no exageran. Además de la ostentación y el lujo de su interior, cuenta con todo un compendio de artilugios para la diversión acuática.
Cuenta con motos de agua, tablas de paddle-surf, equipos de snorkel, wakeboard, seabobs, esquí acuático y una gran plataforma flotante. Todo ello para hacer de la estancia en el yate del rey Juan Carlos toda una experiencia náutica.

Lo curioso es que, pese estar amarrado en Ibiza y encontrarse “abandonado” por el emérito, el lujo sigue intacto. No en vano, la última vez que Juan Carlos se subió en él fue en 2014, antes de mudarse a Abu Dabi.
El rey Juan Carlos y su Fortuna marcaron una época. El yate se ha descrito como un símbolo de poder y un estilo de vida inalcanzable. Ese estilo de vida que, precisamente, precipitó su salida de España y que, hoy, se puede acceder a él previo pago.
El alquiler diario es de esos números que quitan hipo: entre 19.000 y más de 21.000 euros según temporada. En pleno verano, julio y agosto, el coste superaba los 21.000 € al día. En septiembre está cerca de los 20.149 €; en otoño e invierno baja alrededor de los 19.000 €.