Meses después de que los escándalos comenzaran a rodear a la Casa Real de Noruega, ha salido a la luz la última decisión que ha tomado el juez con Mette-Marit. Y es que, según parece, los problemas de Marius Borg han acabado salpicando a su madre.
El pasado 19 de agosto, la mujer del príncipe heredero Haakon cumplió 52 años, aunque, en esta ocasión, su cumpleaños no fue motivo de alegría sino de preocupación. Y todo después de que, solo un día antes, la Fiscalía de Noruega le imputara 32 delitos a su hijo mayor, entre ellos, cuatro acusaciones de agresión sexual.

Durante una comparecencia pública, el fiscal aseguró que cuentan con pruebas y documentación suficiente para sostener que Marius es culpable. De hecho, los indicios reunidos podrían llevar al hijo de la princesa Mette-Marit a una condena de hasta diez años en prisión.
A este delicado escenario se suma otro hecho de gran relevancia. Y es que, según acaba de trascender, la princesa heredera podría terminar implicada en este complejo proceso judicial.
El juez decide investigar a Mette-Marit para esclarecer cuál ha sido su implicación en los supuestos delitos de Marius Borg
Tal y como se ha confirmado, las autoridades consideran que Mette-Marit habría hecho uso de sus privilegios para auxiliar a su hijo en ciertas situaciones. Este detalle abriría la puerta a que la veamos declarando ante el tribunal en calidad de testigo o, incluso, de acusada.
La rueda de prensa fue especialmente dura, entre otras cosas, porque se aseguró que Marius Borg habría comenzado a delinquir con tan solo 21 años. Además, entre los cargos que se le imputan, se incluyen el maltrato en el ámbito de pareja, episodios de violencia, disturbios, daños e incumplimiento de órdenes de alejamiento. Además de las cuatro agresiones sexuales.

Según la acusación, en cada una de las cuatro ocasiones, el hijo de Mette-Marit siguió un patrón similar. Primero conocía a las jóvenes en locales nocturnos, mantenía un encuentro sexual consentido. Después, aprovechando que ellas estaban dormidas, inconscientes o bajo efectos del alcohol, las agredía mientras las grababa con su teléfono.
El primer hecho se remonta a 2018, cuando Marius tenía tan solo 21 años. Sin embargo, al ser interrogada, la primera víctima declaró que no recordaba nada del episodio. Posteriormente, la segunda agresión se habría producido en 2023 y las dos más recientes en 2024.
Durante las pesquisas, la policía halló en sus dispositivos material gráfico que involucra a hasta 16 mujeres. Los investigadores encontraron fotos y grabaciones que vinculan directamente al hijo de Mette-Marit con estos comportamientos.

“Se trata de actos muy graves que pueden dejar huella y destruir vidas”, declaró el fiscal en su comparecencia. La condena máxima por los delitos presentados alcanza los diez años de cárcel.
Por otro lado, las autoridades también examinan la actuación de Mette-Marit en este contexto. Y es que sospechan que habría avisado a su hijo de una inminente detención tras un episodio violento con su pareja en su apartamento. Además, se cree que lo habría ayudado a limpiar la vivienda antes de ser arrestado.
No hay ninguna duda de que este caso se perfila como uno de los más delicados a los que se ha enfrentado la Casa Real noruega en las últimas décadas. Y es que todo apunta a que los presuntos delitos de Marius Borg van a acabar con la imagen pública de la institución.
El mismo día del cumpleaños de Mette-Marit, el príncipe Haakon asistió a un acto institucional. Allí fue inevitable que le preguntaran por la acusación contra su hijastro. “Ahora se ha aclarado cuál es la acusación y esto debe seguir en los tribunales, que decidirán cómo termina”, fue lo único que dijo.