Esta semana se ha confirmado lo que muchos intuían desde hace tiempo: la reina Letizia ha decidido cortar de raíz su vínculo con Pablo Urdangarin. La relación entre ambos nunca fue fluida, pero parece que ahora ha llegado a un punto límite, alimentada por viejas heridas familiares y resentimientos que se arrastran desde hace años.
Aunque el nieto del rey emérito siempre ha sido discreto, esta vez ha marcado un antes y un después en su trato con la reina. La tensión ya no se esconde y abre un nuevo capítulo en una historia que viene gestándose desde hace más de una década. ¿Qué ha pasado para que Pablo se distancie de manera tan radical de su tía política?

La reina Letizia dice basta a la familia Urdangarin
La relación entre Letizia y la familia Urdangarin comenzó con cordialidad. Durante los primeros años de matrimonio con el rey Felipe, la reina se entendía bien con la infanta Cristina, hasta el punto de que compartían viajes y confidencias. Aquella cercanía, sin embargo, se quebró de manera inesperada en 2005.
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin celebraron el bautizo de su hija Irene en Madrid. En el pasado, lo habitual era que se alojaran en el Palacio de la Zarzuela, sin embargo, Letizia, embarazada entonces, decidió que no habría huéspedes en su casa. Esa negativa sorprendió a todos y generó una primera grieta en la relación con su cuñada.
Con el paso del tiempo, la distancia fue en aumento, ya que el estallido del caso Nóos en 2011 terminó de sellar la ruptura. La imputación de Iñaki supuso un terremoto mediático y judicial que sacudió a la Familia Real. Para proteger la institución, la reina Letizia se apartó por completo de la infanta Cristina, marcando así una barrera que nunca volvió a levantarse.

Desde entonces, las relaciones han sido estrictamente formales, ni reuniones familiares frecuentes, ni gestos de complicidad en actos públicos. Letizia decidió priorizar la imagen de la corona por encima de los lazos personales. Ese distanciamiento con Cristina también afectó a sus hijos, que crecieron sin apenas trato con la reina.
Pablo Urdangarin rompe con la reina Letizia
Ese distanciamiento institucional terminó calando en la relación personal entre Letizia y los hijos de la infanta Cristina. De todos ellos, quien más lo ha sentido ha sido Pablo Urdangarin, el segundo hijo de Cristina e Iñaki y el más visible públicamente en los últimos años.
Pablo creció observando cómo se transformaba la relación de su madre con la reina. Siendo niño, vivió aquel episodio del bautizo de Irene y, poco después, el aislamiento que sufrió su familia durante el proceso judicial de su padre. Esa experiencia le marcó y le hizo desarrollar una visión crítica hacia Letizia, a quien considera responsable de no tender la mano.
El joven deportista se muestra respetuoso en público, pero en privado ha dejado claro que no puede perdonar el trato que la reina ha tenido hacia su madre. Para él, Cristina fue relegada y apartada de la Familia Real por decisión de Letizia, y esa herida no se borra con el tiempo.

Esa percepción se refuerza con los rumores que apuntan a que Iñaki le dijo a sus hijos que Letizia pudo haber contribuido en la filtración del caso Nóos. Pablo, influido por esas palabras, siente que la condena de su padre y el sufrimiento de su madre son capítulos en los que la reina no estuvo de su lado.
Para Pablo Urdangarin, la prioridad siempre será su madre, la infanta Cristina. Y mientras sienta que la reina Letizia no la trató con el respeto que merecía, ese lazo permanecerá roto. Una ruptura que simboliza, en realidad, la fractura profunda entre dos ramas de la Familia Real que, pese al paso del tiempo, siguen irreconciliables.