Hace unos días que la prensa británica ha amanecido con numerosos titulares sobre las vacaciones por separado de Carlos III y Camila. Los tabloides se sorprendieron porque el rey prefiriese viajar a Escocia para asistir a los Juegos de Mey-Highland, vestido con su falda de tartán. Mientras tanto, Camila ha veraneado en Grecia a bordo del Zenobia, un yate de 57 metros con bandera de Mónaco, propiedad de un empresario sirio.
“Para muchos británicos, ver a la reina en un yate de alguien con tantas conexiones políticas ha sido muy preocupante. No se trata solo del viaje, sino de la compañía que elige la realeza”, han comentado en Daily Mirror. El mismo medio ha asegurado que el Palacio “ha intentado contener la historia tanto como ha podido, luchando contra un posible incendio mediático”.

Estos días separados han levantado ampollas. Para calmar los rumores, el matrimonio real se ha reencontrado en una fecha clave para el Reino Unido: el 80 aniversario del Día de la Victoria sobre Japón. El rey y su esposa han homenajeado a quienes, con su “servicio y sacrificio”, han ayudado a poner fin a la Segunda Guerra Mundial.
La reina Camila viaja a Staffordshire para un conmemorar un día importante en su país
El padre del príncipe Guillermo y la reina se han unido este 15 de agosto a veteranos, personal militar, políticos y miembros de asociaciones en el National Memorial Arboretum de Staffordshire. El acto ha sido organizado por la Legión Real Británica y el Gobierno.

El monarca ha demostrado que, a pesar de su enfermedad, ha mantenido la fuerza para cumplir sus compromisos. Con la ausencia de Kate Middleton y el heredero al trono, Guillermo, Carlos y Camila han sido recibidos por el primer ministro Keir Starmer y altos mandos militares. Han guardado un minuto de silencio y han presenciado el vuelo de los Red Arrows de la Royal Air Force.
Todos se fijan en cómo ha tratado la reina Camila a su marido en su reaparición
Sin embargo, lo que ha llamado la atención no ha sido el protocolo, sino la actitud de la reina: No se han dirigido la palabra en ningún momento. No ha habido gestos de complicidad. Camila ha conversado varios minutos con un veterano mientras el rey guardaba silencio, estaban juntos, pero distantes.
¿Ha pasado algo entre ellos? La escena ha dejado interrogantes. Y ha convertido a Camila en el centro de atención de las portadas en el Reino Unido. Con esta actitud Camila ha confirmado los rumores que circulaban sobre su marido: su relación no es cercana, al menos en los actos públicos.