La relación de la Familia Real con Catalunya siempre ha sido un complejo tapiz de afectos y distancias. Mientras actualmente los reyes Felipe y Letizia protagonizan visitas relámpago, blindadas y distantes, la periodista Pilar Eyre rescata de su memoria una época en la que Juan Carlos I mantenía un vínculo mucho más estrecho y, a la vez, mucho más polémico.
Un lazo que, más allá de los actos oficiales, escondía una vida paralela que acabaría por protagonizar uno de los episodios más humillantes para la reina Sofía, precisamente en Barcelona.
Eyre, en una de sus crónicas en su canal de Youtube, nos traslada a un momento que define a la perfección las dinámicas ocultas de Zarzuela, un suceso que mezcla la gravedad de una emergencia médica con el vodevil de un triángulo amoroso. Un capítulo que demuestra que, a veces, la realidad de palacio supera cualquier guion de ficción.

Una noche de hospital, dos mujeres y un rey
Corría el año 2011 cuando el rey Juan Carlos fue operado de urgencia en el Hospital Clínic de Barcelona por un nódulo en el pulmón. La noticia conmocionó al país, y todas las miradas se posaron sobre la figura del monarca.
Sin embargo, la gran ausente en esas primeras horas críticas no era otra que su esposa, la reina Sofía. Mientras el rey era trasladado en ambulancia y esperaba para entrar a quirófano, no era la reina quien le sostenía la mano, sino su entonces amante, Corinna Larsen.
Borbones de Catalunya
Pilar Eyre relata cómo el clamor mediático se hizo ensordecedor. La pregunta estaba en el aire y en todos los platós de televisión: "¿Dónde está la reina?". La presión fue tal que Casa Real tuvo que improvisar una solución a la desesperada.
La reina Sofía fue obligada a tomar un vuelo de línea regular y presentarse deprisa y corriendo en Barcelona para escenificar una normalidad que no existía.

Lo que ocurrió a continuación fue una escena casi cinematográfica: mientras la reina Sofía subía por un ascensor para atender a la prensa, Corinna era discretamente evacuada por otro. Un cruce de caminos que simbolizaba el cruce de dos vidas que chocaban en el epicentro de la monarquía.
La rueda de prensa más amarga de la reina Sofía
Según el relato de Eyre, la reina Sofía ni siquiera llegó a entrar en la habitación de su marido. Se dirigió directamente a una sala de relaciones públicas para enfrentarse a un pequeño grupo de periodistas. Con una entereza admirable, comunicó que "el rey está muy bien, el rey está estupendo". Sin embargo, el castillo de naipes se vino abajo con una pregunta inesperada de un periodista: "¿Cuáles han sido sus primeras palabras al despertar de la anestesia?".
El silencio se apoderó de la sala. Doña Sofía, que llevaba un discurso aprendido, no había preparado esa respuesta. Su mirada buscó con urgencia a su entonces jefe de prensa, Ramón Iribarren, quien se acercó para susurrarle al oído la respuesta que debía dar.

Tras el apunte, la reina afirmó: "Lo primero de todo ha sido preguntar por sus hijos y os da las gracias por vuestro interés". Acto seguido, dio por terminada la comparecencia y regresó a Madrid. En cuanto el avión de la reina despegó, Corinna Larsen volvió a entrar en el hospital para acompañar a Juan Carlos durante el postoperatorio. El tumor, finalmente, resultó ser benigno.
La relación de Juan Carlos I con la alemana fue el principio de fin para el monarca. Estuvo a punto de dejarlo todo por ella, pero todo dio un giro cuando se descubrió que había estado de safari en Botswana. En plena crisis, ese gasto indignó a la ciudadanía y fue la primera de una serie de informaciones que hundieron al Rey. En 2014 abdicó a favor de su hijo, que fue coronado como Felipe VI.