Dos mujeres mayores sonrientes con un emoji de preocupación en el centro sobre un fondo al aire libre.

Una nueva actualización del estado de Irene de Grecia hace temer lo peor

La salud de Irene de Grecia, deteriorada y bajo observación médica, condiciona las decisiones veraniegas de la reina Sofía

La atmósfera en Zarzuela ha adquirido un matiz de preocupación y mutismo. Lo que empezó como un leve indicio de fragilidad se ha transformado en un evidente momento crítico para una figura ineludible: la princesa Irene de Grecia. Su estado ha despertado reacciones íntimas y ajustes inusuales en la agenda veraniega de la familia real.

Cuando lo privado trastoca lo institucional

Irene de Grecia, con 83 años, vive una etapa delicada de salud. Esta semana, medios como Vamos a Ver  han confirmado que ha dejado de alimentarse por sí misma y que los médicos muestran un estado de pesimismo ante su evolutiva fragilidad.

Si bien siempre ha sido una presencia reservada, cariñosamente llamada “tía Pecu”, su vínculo con la reina Sofía ha sido sólido e íntimo. Hace años que comparten vivienda en el Palacio de la Zarzuela, una convivencia que hoy cobra todo su peso en medio del momento vulnerable que atraviesa Irene. Las hermanas siempre han estado muy unidas.

Se llevan pocos años y de pequeñas lo pasaron mal durante el exilio de su familia por varios países. Un exilio al que su padre, el Rey Pablo I de Grecia, puso fin años más tarde. Su hijo Constantino, el tercero de los hermanos, no fue capaz de conservar el trono tras un golpe de Estado de corte republicano.

Dos mujeres mayores con expresiones serias y un emoji rojo de cara pensativa con signo de interrogación en el centro
La Reina Sofía actúa con su hermana Irene | Canva Pro, XCatalunya, Revista Semana

Cuando el deber institucional y la cercanía familiar colisionan

La tradicional llegada de la reina Sofía a Marivent se retrasó más de lo habitual. Solo estuvo 48 horas en Mallorca, un desplazamiento inusualmente breve, guiado por “motivos institucionales” pero eclipsado por la necesidad de acompañar a su hermana. Las fuentes médicas que atienden a Irene desaconsejaron cualquier viaje, lo que forzó la adaptación absoluta de la reina emérita a esta circunstancia.

Este verano, la habitual cena familiar en Palma careció de la presencia de Irene y de Sofía por más tiempo. El viaje relámpago de la reina Sofía a la isla ha sido criticado por Pilar Eyre. La crítica no ha sido hacia la emérita, sino hacia la institución.

La veterana periodista considera que la ciudadanía hubiera entendido perfectamente la ausencia de Sofía. También pide transparencia a la Casa Real, ya que no se ha informado en ningún momento de la enfermedad que sufriría Irene de Grecia.

Una mujer sonriente con cabello corto y ondulado frente a un fondo rojo.
Irene de Grecia cuando era joven | Casa Real

Fuentes, antecedentes y matices que tal vez se ignoran

Desde hace meses, se habló de deterioro cognitivo, incluso de un posible Alzheimer avanzado, sin confirmación de Casa Real. La princesa fue vista en silla de ruedas en la boda de su sobrino Nicolás en febrero. Con el entorno íntimo consciente de su fragilidad, se prioriza el entorno familiar sobre el protocolo.

Silvia Taulés, periodista con fuentes cercanas, comenta que “la hermana de la reina Sofía… está muy tocada. Su hermana no se mueve de su lado”. Mariángel Alcázar, por su parte, matiza que “hay circunstancias especiales, pero no tan alarmantes. Está delicada… días mejores y días peores”.