Los príncipes herederos Haakon de Noruega y Mette-Marit han vuelto a dejarse ver en público después de varias semanas complicadas. Lo han hecho en un acto de gran relevancia, donde se esperaba que el ambiente relajado sirviera para mostrar su faceta más cercana y natural. Sin embargo, pese a que la pareja se ha mostrado atenta y amable con los asistentes, lo que realmente ha acaparado todas las miradas ha sido un detalle muy concreto.
Sí, ni más ni menos que ha sorprendido la sonrisa de la princesa. Y es que ese gesto ha dejado entrever la realidad que está viviendo. No ha sido una sonrisa natural, sino forzada.

La reaparición de Mette-Marit y Haakon de Noruega en un homenaje cultural
Los príncipes Haakon de Noruega y Mette-Marit han reaparecido en las últimas horas de forma pública. Tras los escándalos y la complicada situación a la que se enfrenta el hijo mayor de ella, Marius Borg, han continuado con su agenda oficial. Y esto les ha llevado a visitar el Filmparken, en Jar, donde se le ha rendido un homenaje especial a una de las grandes estrellas del cine noruego: Liv Ullmann.
La cita, donde se festejaba el 90 aniversario del complejo cinematográfico, ha contado con la presencia de numerosas personalidades. Y ha sido concebida como una celebración de la trayectoria artística de la actriz.
Para la ocasión, Haakon ha optado por lucir un traje oscuro acompañado de corbata azul, mostrando la sobriedad que suele caracterizarle en sus compromisos oficiales. Su esposa, la princesa, ha llevado un traje de chaqueta y pantalón en tonos morados y blancos, que no ha pasado desapercibido por su elegancia.
A lo largo del acto, ambos han saludado con amabilidad, han intercambiado gestos cercanos y se han mostrado atentos con los organizadores. Sin olvidar que han tenido breves diálogos con algunos de los asistentes más significativos.
No obstante, los flashes y las cámaras han acabado centrando su atención en un aspecto inesperado. No ha sido ni el vestuario ni la solemnidad del acto lo que ha acaparado la mirada de todos, sino el rostro de Mette-Marit. Y, en especial, la expresión de su sonrisa.
La sonrisa de Mette-Marit, mujer de Haakon de Noruega, no deja a nadie indiferente
Mette-Marit ha intentado transmitir serenidad, pero su sonrisa ha dejado entrever otra realidad. En redes, muchos han coincidido en que no se trataba de una expresión espontánea, sino de un gesto forzado. Sí, un gesto que parecía esconder la tensión emocional que arrastra en los últimos tiempos.
El motivo no es desconocido para quienes siguen la actualidad de la familia real noruega. En paralelo a sus obligaciones oficiales, ella se enfrenta a la complicada situación de su hijo mayor, quien tiene varios problemas judiciales. Un contexto que, sin duda, afecta al ánimo de la princesa.

La imposibilidad de ocultar ese peso emocional se ha reflejado en la forma en que ha sonreído en la mencionada cita cultural. Mientras Haakon mantenía su habitual compostura, ella ha mostrado un semblante que dejaba entrever que, como se suele decir, la procesión va por dentro. La sonrisa, aunque presente, ha carecido de la naturalidad a la que el público está acostumbrado.
Este detalle no ha pasado desapercibido para nadie. La imagen de una princesa que intenta cumplir con sus deberes institucionales mientras afronta un calvario personal se ha convertido en el comentario más repetido tras la reaparición.