Montaje de fotos de primer plano de Alberto de Mónaco y su mujer, Charlene de Mónaco, ambos con rostro neutro.

Entramos en el palacio de Mónaco donde vive el príncipe Alberto con su mujer Charlene

El Palacio de Mónaco, escenario de historia y presente para el príncipe Alberto y Charlene, esconde grandes sorpresas

El príncipe Alberto de Mónaco ha abierto las puertas de su residencia oficial, el icónico palacio que comparte con la princesa Charlene. Por primera vez en mucho tiempo, se ha permitido un acceso tan cercano al lugar donde vive la pareja y donde también crecen sus hijos, Jacques y Gabriella. La entrevista concedida a ¡Hola!, nos ha dejado adentrarnos en el corazón íntimo del Principado.

Entrar en el palacio de Mónaco significa asomarse a siglos de historia, de arte y de poder concentrados en un solo lugar. El Patio de Honor, la Galería de Hércules y la Sala del Trono son espacios majestuosos que han acogido bodas, recepciones y momentos clave de los Grimaldi. Ahora, gracias a un ambicioso proyecto liderado por el propio Alberto, estos salones han revelado un tesoro oculto: frescos renacentistas enterrados bajo capas de pintura.

Una familia elegantemente vestida posa junta frente a una escultura de hielo en un entorno al aire libre
La familia Grimaldi celebrando 20 años de reinado del príncipe soberano en el Palacio | Instagram, @palaisprincierdemonaco

Alberto II ha confirmado que estos frescos datan del siglo XVI y que su hallazgo ha cambiado la cronología conocida del palacio. La restauración ha durado ocho años y ha sacado a la luz más de 600 m² de escenas mitológicas pintadas por artistas influidos por Miguel Ángel y Rafael. El hallazgo no solo tiene valor artístico, sino también emocional y simbólico para el soberano monegasco.

El príncipe Alberto y Charlene de Mónaco, volcados con la restauración del palacio

El proyecto comenzó por necesidad, debido al deterioro provocado por el aire marino en la zona del Patio de Honor. Sin embargo, a medida que los trabajos avanzaban, se decidió ampliar la investigación a otras estancias del palacio, y las sorpresas no dejaron de aparecer. Desde techos ricamente decorados hasta muros que parecían lisos, el pasado ha regresado con fuerza a cada rincón del edificio.

La princesa Charlene, según ha contado Alberto, ha mostrado entusiasmo por la restauración y ha llegado incluso a enseñar los frescos a sus propios invitados. El proyecto ha impactado también en la vida familiar y en el ritmo de los actos oficiales, pero para el príncipe ha sido una prioridad. De hecho, ha insistido en que todo se ha llevado a cabo de forma sostenible, con productos naturales y técnicas tradicionales.

El proyecto del príncipe Alberto y Charlene de Mónaco para recuperar la historia más personal del Principado

Tanto Carolina como Estefanía, hermanas de Alberto, han participado en el proceso y han mostrado emoción al redescubrir rincones de su infancia en el palacio. El propio Alberto ha recordado que, de niños, patinaban en la Galería de Hércules, sin imaginar que bajo sus pies se escondían escenas del Renacimiento. La restauración ha tenido, así, una dimensión íntima que va más allá de lo arquitectónico.

Pasillo con techo abovedado decorado con frescos, columnas blancas y piso de mármol con diseños circulares, al fondo se observa una iglesia con cúpula y cruz
La Galería de Hércules, escenario de recuerdos de la familia Grimaldi | Palais Princier de Monaco

Alberto de Mónaco ha afirmado que su objetivo ha sido preservar un legado para las futuras generaciones, al tiempo que homenajea a sus padres, Rainiero y Grace. Ambos, grandes amantes del arte y del patrimonio, habrían aprobado este ambicioso proyecto, según su hijo. Para Alberto, cuidar del palacio no es solo una obligación, sino un compromiso con la memoria y el legado del Principado.