Un grupo de personas posando al aire libre con dos rostros de mujeres enmarcados en círculos rojos sobre la imagen

Elena y Cristina de Borbón señalan a Felipe VI: Afecta a la Reina Sofía

La situación en la Familia Real es cada día más insostenible y los reproches van en aumento

La tradicional recepción estival en el Palacio de Marivent siempre ha sido un termómetro de las relaciones en el seno de la Familia Real. Sin embargo, la cita de este pasado 4 de agosto de 2025 ha marcado un antes y un después.

Todas las miradas estaban puestas en la princesa Leonor y la infanta Sofía, que debutaban en este acto social ante más de seiscientos invitados. Pero, entre los destellos de los flashes y las conversaciones de cortesía, un drama silencioso se desarrollaba en la figura de la reina emérita Sofía, cuya presencia se convirtió en el epicentro de una nueva crisis familiar.

Lo ocurrido: una aparición forzada y un profundo malestar

Contra todo pronóstico, la reina Sofía acudió a la cita. Fuentes cercanas a su entorno aseguran que hasta la víspera, su asistencia estaba en el aire. La emérita atraviesa un momento personal de extrema delicadeza.

Cinco personas posan al aire libre frente a una pared cubierta de vegetación, todas vestidas con ropa veraniega y elegante.
El posado oficial de 2025 en el Palacio de Marivent | Casa Real

A su visible fragilidad física se suma una angustia constante por el avanzado estado de salud de su hermana, Irene de Grecia, quien padece Alzhéimer. Esta situación la mantiene en un estado de agotamiento físico y mental que, según sus hijas, hacía completamente desaconsejable su participación en un acto de tal envergadura.

Sin embargo, su férreo sentido del deber, inculcado durante décadas, se impuso una vez más. Doña Sofía cedió, como tantas otras veces, por lealtad a la Corona y a su hijo, el rey Felipe VI. Pero el precio de ese sacrificio fue, para muchos, una humillación pública que no pasó desapercibida.

La periodista Pilar Eyre, aguda observadora de la Casa Real, describió la escena con una precisión dolorosa, señalando que la sonrisa de la emérita "no era con los ojos, solo con la boca" y que la forma en que sus nietas la sujetaban del brazo denotaba una falta de trato habitual, más un gesto de asistencia a una desconocida que un cariño familiar.

Una familia posando para una fotografía en blanco y negro con un fondo liso.
Familia Real con los eméritos y los hijos muy jóvenes | Reddit

El momento más revelador llegó tras el besamanos. Mientras se formaban los corrillos habituales, las cámaras captaron a una reina Sofía aislada, tratando de incorporarse a conversaciones en las que, visiblemente, no era incluida. La ignoraban. Su familia más directa, el núcleo formado por Felipe, Letizia y sus hijas, parecía operar en una órbita distinta, dejando a la matriarca en una soledad que dolía solo con mirarla.

Elena y Cristina alzan la voz

La reacción de las infantas Elena y Cristina no se hizo esperar. Aunque alejadas del foco institucional, ambas mantienen un vínculo estrechísimo con su madre y, según ha trascendido, su indignación es mayúscula. Consideran que se obligó a Doña Sofía a escenificar una unidad familiar ficticia, exponiéndola a un trato frío y distante que la menoscaba públicamente.

El reproche, según diversas fuentes, va dirigido directamente a su hermano, el Rey. Le achacan no haber protegido a su madre y haber permitido que se utilizara su imagen en beneficio de la institución, aun a costa de su bienestar y su dignidad. Para las infantas, ver a su madre apartada y ninguneada por la reina Letizia y sus propias nietas fue la gota que colmó el vaso de un malestar que viene de lejos.

Dos mujeres con expresión seria, vestidas de negro, en un evento con más personas al fondo.
Las Infantas Elena y Cristina en un funeral | Infanta Cristina, Infanta Elena

Por su parte, Felipe VI parece anclado en la razón de Estado. Para él, la presencia de su madre era necesaria para proyectar una imagen de cohesión. No obstante, este episodio ha vuelto a poner de manifiesto el abismo que le separa de sus hermanas y la compleja dinámica familiar que gestiona. No es ningún secreto que la relación con sus hermanas hace tiempo que no acaba de funcionar.

Y muy especialmente con Cristina. Siempre se habían llevado bien, pero el estallido del caso Nóos provocó que Letizia ordenara ruptura total de relaciones. Incluso con Cristina. La brecha en la familia fue importante y es evidente que la relación no ha podido recomponerse. Letizia, pese a ser consorte, manda más en muchos aspectos.