La Casa Real inicia el mes de septiembre con una decisión que marca un antes y un después en la rutina de sus miembros. Con el inminente regreso de Felipe VI y la reina Letizia al Palacio de la Zarzuela, sus majestades han dejado claro que el bienestar de la Familia Real es una prioridad. Felipe VI y Letizia han dejado ver que han hecho un acuerdo personal que beneficiará a todos: el cuidado de un huerto ecológico dentro de los jardines del Pabellón del Príncipe.
No es un secreto que tanto Felipe VI como doña Letizia han cuidado siempre su alimentación, apostando por una dieta equilibrada y saludable. Ahora, con la vuelta a la agenda oficial y la necesidad de afrontar un ritmo exigente, han decidido apoyarse en este espacio natural, que se ha convertido en un verdadero refugio.

Situado junto a un arroyo que cruza la Zarzuela, el huerto ocupa cerca de 1.000 metros cuadrados, con árboles frutales, hortalizas de temporada y un invernadero. La reina Letizia, especialmente comprometida con la vida saludable y el estilo de vida sostenible, ha sido una de las principales impulsoras de esta iniciativa.
Felipe VI está concienciado en mantener los espacios naturales de su residencia oficial
Sin embargo, el rey ha mostrado también un interés creciente en mantener este rincón, heredado de la tradición de sus antecesores y adaptado ahora a las necesidades actuales.

Juntos han apostado por una mentalidad ecofriendly, convencidos de que cultivar sus propios alimentos garantiza frescura y calidad. Además, quieren un entorno más saludable para sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y para la reina Sofía, que también disfruta de los frutos de este espacio.
Felipe VI y su mujer se implican personalmente en cuidar la alimentación de la Familia Real
El Pabellón del Príncipe, residencia de los reyes, cuenta con 1.800 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, rodeados de unas 16.000 hectáreas de zonas verdes. Entre ellas se incluyen piscina, pista de pádel, solárium y columpios, pero sin duda el rincón más especial es este huerto, convertido en un símbolo de compromiso con el futuro.
La decisión de Felipe VI y su mujer de cuidar este espacio personalmente se interpreta como un acuerdo estratégico y familiar, pensado para garantizar el bienestar de la Familia Real. Gracias a él, la Familia Real puede disfrutar de una alimentación variada, ecológica y libre de pesticidas. Un gesto que refleja no solo su estilo de vida saludable, sino también su empeño en dejar un legado de sostenibilidad dentro de la institución.