Desde hace meses, Marc-André ter Stegen trabaja en silencio para recuperar su mejor nivel tras la grave lesión que lo apartó durante buena parte de la temporada. La rotura completa del tendón rotuliano no solo afectó su físico, sino también su lugar en el esquema del Barça y, ahora, su posición dentro del club vuelve a estar bajo la lupa.
A pesar de haber vuelto a los terrenos de juego y de tener el respaldo de Julian Nagelsmann en la selección alemana, su rol en el Barça podría verse drásticamente alterado en las próximas semanas. La llegada de un nuevo guardameta y la planificación deportiva para el próximo curso han encendido las alarmas.
Cambio de ciclo en la portería
El fichaje de Joan García ha sacudido la jerarquía bajo palos en el club azulgrana. El joven portero catalán, de solo 24 años, aterriza procedente del Espanyol con la intención de ser titular desde el primer día. El Barça ha decidido pagar los 25 millones de su cláusula ante la negativa del club perico a negociar.

Aunque la operación aún no es oficial, el acuerdo está cerrado y se hará público en los próximos días. Joan llega con hambre, proyección y, sobre todo, con el respaldo total de la dirección deportiva. Una declaración de intenciones que no ha pasado desapercibida para nadie.
Mensajes cruzados y gestos de distanciamiento
Mientras tanto, Ter Stegen se mantiene concentrado con Alemania para disputar los partidos de la Nations League y seguir siendo el “número uno” a ojos de su seleccionador. Contra Portugal fue titular y mañana repetirá ante Francia. En público, su discurso no ha variado: asegura que se quedará en el Barça.

Pero en los despachos, la realidad es otra. Hansi Flick ya ha advertido que Joan García será un actor principal en su nuevo proyecto. Y aunque nadie ha hablado aún directamente con el alemán, Deco tiene previsto sentarse con él en los próximos días para comunicarle su situación real.
Un problema deportivo… y económico
Ter Stegen es uno de los capitanes del vestuario y, también, uno de los salarios más altos de la plantilla. Su contrato se extiende hasta 2028, pero su presencia limita el margen salarial de la entidad, que necesita aligerar fichas para abordar nuevas incorporaciones.
La presencia de Szczesny, cuya llegada también está avanzada, complica aún más el panorama. El polaco vendría para ocupar un rol competitivo en la portería, lo que dejaría a Ter Stegen en un escenario inédito: ser el tercer portero del equipo si no da un paso.
El Mundial como baza oculta
En clave internacional, la situación no es más alentadora. Ter Stegen quiere disputar el Mundial de 2026, pero si no juega con regularidad, su puesto en la selección corre peligro. Alemania comparte grupo con Eslovaquia, Irlanda del Norte y Luxemburgo, una fase de clasificación exigente que requiere continuidad.
Desde el club se cree que este contexto puede empujarle a tomar una decisión por su cuenta. Aunque él no se plantea irse, la combinación entre suplencia, presión económica y Mundial en el horizonte podría acabar inclinando la balanza.
Silencio tenso y movimientos en la sombra
Nadie en el entorno del jugador se ha pronunciado oficialmente. Pero las señales son cada vez más claras. Joan García ya entrena a puerta cerrada con miembros del staff técnico. Szczesny ya ha dado el sí. Y el Barça, sin hacer ruido, ya ha comenzado a preparar la transición.
Y ahora, por fin, se puede decir: el Barça ha decidido prescindir de Ter Stegen. No le forzarán a salir, pero tampoco lo retendrán. Su continuidad ya no está sobre la mesa. La portería del Camp Nou se prepara para un nuevo dueño.