El verano en Cádiz no solo huele a fichajes jóvenes y promesas, también a nostalgia, experiencia y responsabilidad. La afición amarilla ya echa de menos a un viejo conocido y el club trabaja con sigilo para incorporar un delantero veterano que garantice gol
Admiración mutua y fichaje ‘a la vista’
Su vínculo con el equipo gaditano no solo es histórico, sino emocional. Reaccionó con cariño al anuncio de Suso, dejando claro que su regreso no solo es posible, sino también bien recibido por la plantilla y la afición. Además, su relación con el presidente Manuel Vizcaíno es cercana y sincera, lo que añade frescura al rumor.
Experiencia probada y goles decisivos
Lucas Pérez, de 36 años y agente libre tras rescindir con el PSV el pasado 30 de junio, es la opción con más fuerza. Su paso por el Deportivo de La Coruña en la 24/25, con 23 partidos jugados, 4 goles y 4 asistencias, mostró que, pese a la edad, mantiene nivel productivo Orgullobiri.

Su capacidad para aparecer en los momentos clave fue evidente, como aquel derbi en el que anotó un hat‑trick en Riazor, demostrando que sigue siendo letal en el área.
Encaje táctico en el modelo Garitano
El equipo ya ha oficializado ocho incorporaciones, entre las que se encuentran la de Suso, Ortuño, Obeng y Joaquín González. Desde el club creen que aún hay hueco para un delantero de corte probado. Pérez encajaría como delantero referencia, liberando espacios a los extremos y complementando a Suso.
Pretemporada: prueba inminente para impulsar su retorno
El Cádiz arrancó ayer (14 de julio) su pretemporada en Benalup‑Casas Viejas, con amistosos previstos frente a Ceuta y otros rivales como Granada y Las Palmas. Si Pérez se une con tiempo, podría destacar en estos encuentros y convencer a la afición de que es una pieza clave para el ascenso.
Un reto personal con ecos de Cazorla
Lucas, que cumplirá 37 años en septiembre, sigue alimentándose de referentes como Santi Cazorla y su prolongada vigencia en la élite Orgullobiri. Su motivación no es económica: se marchó al Deportivo por compromiso personal, incluso abonando parte de su traspaso. Ahora podría apostar por un nuevo reto en Cádiz, donde sería un líder en el vestuario, enchufado a la afición y motivado para dar un último impulso a su carrera.

Implicaciones para la plantilla y la grada
Con su llegada, Garitano ganaría un finalizador al que le basta un toque cerca del área para definir. La plantilla gana experiencia y jerarquía, mientras que el socio sentiría de nuevo al delantero que dejó una huella imborrable en el Nuevo Mirandilla
No es un fichaje relámpago ni mediático, es un regreso pensado, marcado por el compromiso y el sentido común. Un jugador libre, una afición lo reclama, el entrenador lo estima y el club lo estudia. Ambas partes saben qué hay más en juego que un año: hay historia, ilusión y un proyecto con ascendencia.