El pasado domingo, un trágico accidente de autobús en Portè (Alta Cerdanya) dejó un saldo de dos víctimas mortales y varios heridos graves. El vehículo, que transportaba a 47 pasajeros desde Andorra, se salió de la vía y chocó contra un talud. Según las primeras investigaciones, las causas del siniestro podrían estar relacionadas con irregularidades en la operativa de la empresa responsable.
Chavi-Tours SL, que se encuentra en concurso de acreedores desde julio. La compañía, con sede en L'Hospitalet de Llobregat, fue declarada en quiebra tras no cumplir con sus principales compromisos financieros, acumulando un pasivo de más de 205.000 euros.
Este accidente no para de poner en evidencia los riesgos de operar en situaciones de precariedad económica, lo que ha suscitado un debate sobre la seguridad del transporte público actual. Ahora, a dos días del accidente, han salido informaciones sobre nuevas irregularidades del vehículo accidentado.
Una nueva polémica, está vez con la ITV
El autocar que este domingo por la tarde sufrió un accidente en Portè (Alta Cerdanya) sufría la ITV caducada desde 2023, según avanzó 'El Periódico' y pudo confirmar el ACN. Este tipo de vehículos están obligados a pasar esa inspección cada seis meses.
El siniestro ha dejado a dos víctimas mortales ya una cuarentena de heridos. En el vehículo, que hacía una ruta organizada de Hospitalet de Llobregat a Andorra, viajaban 47 personas.
Las autoridades francesas están investigando ahora las causas del accidente. La empresa que operaba el viaje, Chavi Tours, fijada en Hospitalet de Llobregat, estaba en concurso de acreedores desde julio.
El peligro de esta irregularidad
Conducir un autobús con la ITV caducada implica riesgos graves para los pasajeros y otros usuarios de la vía. La ITV garantiza que los vehículos cumplen estándares mínimos de seguridad, esenciales en el transporte público, donde las vidas de muchas personas están en juego.
Un fallo mecánico no detectado, como frenos defectuosos o problemas estructurales, puede causar accidentes fatales. Además, un autobús con ITV caducada puede tener emisiones contaminantes fuera de los límites legales.
Esto no solo afecta al medioambiente, sino también a la salud pública, especialmente en ciudades con alta densidad de población. En caso de accidente, las aseguradoras pueden negarse a cubrir los daños, dejando al conductor y la empresa en situaciones legales complejas.
Las autoridades aplican sanciones económicas significativas a los vehículos que operan sin la ITV al día. Sin embargo, el mayor peligro es el potencial coste humano. Los autobuses recorren grandes distancias y transportan numerosas personas diariamente.
Aumentando el riesgo de que un fallo técnico tenga consecuencias trágicas. Mantener la ITV al día no es solo una obligación legal, sino un compromiso esencial con la seguridad y la calidad del transporte público. Ignorarla pone en peligro vidas y debilita la confianza en el sistema.