Las primeras luces del día ya dejaban ver una larga fila de vehículos sobre la C-245 en dirección sur. Quienes transitaban entre Cornellà y Sant Boi descubrieron de golpe que algo había cambiado en su trayecto habitual. La confusión inicial pronto se convirtió en impaciencia y en un denso tráfico prácticamente detenido en algunos tramos.
Los conductores, sorprendidos por la reducción a un único carril, algo que ya ocurrió también ayer, comenzaban a sospechar que las obras tenían algo que ver. Así se confirmaba minutos después, cuando paneles informativos y avisos de Trànsit dieron cuenta del motivo de las retenciones. Uno de los principales ejes entre ambas localidades estaba experimentando uno de los picos de congestión más notables de las últimas semanas.
El origen de esta situación se remonta a los trabajos en la futura autovía B-25, que conectará parte del Baix Llobregat. Según fuentes oficiales, estos trabajos han forzado la disminución a un solo carril de la C-245 justo después de la rotonda de la Parellada. El tramo afectado se prolonga hasta las inmediaciones de la salida hacia la A-2, incrementando la presión del tráfico en esa zona.
El consistorio trata de calmar los ánimos
El Ayuntamiento de Sant Boi, consciente de los problemas de movilidad, ha destacado que las obras avanzan “a buen ritmo” y se encuentran en un “momento clave”. Este punto de la ejecución implica intervenciones importantes en la carretera, que, inevitablemente, condicionan la circulación durante varias horas al día. Aunque se han reforzado las indicaciones de desvío, miles de conductores se ven atrapados en colas interminables.
Las redes sociales y los canales de Trànsit reflejan la exasperación de algunos usuarios. "Habéis creado el caos; creo que deberías trabajar día y noche e informar", comentaba un conductor habitual de este trayecto. En este caso, el hombre protestaba también porque considera que las autoridades no están informando con claridad sobre la caótica situación en este tramo.
Además de la propia C-245, otros ejes próximos se han visto afectados. Desde la A-2 hasta la B-204 y la BV-2421, se registran retenciones en horas punta que llegan a prolongarse varios kilómetros. En consecuencia, localidades colindantes como Cornellà, Sant Boi y el entorno del aeropuerto sufren las consecuencias de estas vías saturadas.
Para mitigar los atascos, el consistorio ha recomendado utilizar una nueva salida en dirección Barcelona. Esta ruta se toma desde la avenida Marina, a la altura de la calle Alacant, pasando por detrás de la zona del Alcampo. El desvío cruza entre el Leroy Merlin y el hotel Front Air Congress, enlazando con otra carretera que busca aligerar el flujo en la C-245.
Aun así, no todos los usuarios conocen o pueden usar esta vía alternativa. Quienes proceden de zonas alejadas, como el interior del Baix Llobregat, se topan con la trampa del tráfico antes de poder desviarse. El resultado es la acumulación de coches que buscan llegar a Barcelona o acceder a polígonos industriales en el área metropolitana.
El Ayuntamiento insiste en que estos trabajos son imprescindibles para la futura B-25, una infraestructura que, a largo plazo, debería mejorar la movilidad en la comarca. Sin embargo, las molestias presentes hacen mella en la paciencia de la ciudadanía. Aun sabiendo que el fin puede justificar los medios, muchos exigen más soluciones inmediatas y una mejor señalización.