Un bombero con chaqueta roja camina por una carretera al atardecer.

Caos en la C-31 por accidente: Intervienen los Bomberos y afecta a otras dos vías

Se han generado más de 5 kilómetros de colas

El amanecer parecía transcurrir con calma en el área metropolitana de Barcelona. Sin embargo, la situación dio un giro repentino a primera hora de la mañana. Un accidente en la C-31, a la altura del Prat de Llobregat, sembró el caos en la circulación.

Las primeras informaciones apuntan a que el siniestro se produjo cerca de las 6:39 de la madrugada. Dos carriles quedaron bloqueados en sentido Barcelona, ocasionando retenciones que no tardaron en extenderse varios kilómetros. El tráfico denso y la escasa visibilidad típica de las primeras horas del día complicaron la labor de los conductores.

Un camión de bomberos
Camión de los Bomberos | ACN

Los Bomberos de la Generalitat acudieron al lugar con dos dotaciones para trabajar en el incidente. La situación requería una intervención rápida y coordinada para evitar mayores dificultades. Fuentes de los servicios de emergencias no han precisado detalles sobre las causas del choque ni la situación de las personas implicadas.

Situación controlada, pero siguen las retenciones

A medida que avanzaban los minutos, la congestión se intensificó en el tramo comprendido entre Gavà y el Prat en sentido Barcelona. Muchos conductores se encontraron con largas filas de vehículos y una circulación casi paralizada. La paciencia de los usuarios de la vía se puso a prueba mientras esperaban la reapertura total de los carriles.

El alcance de las complicaciones no se limitó únicamente a la C-31. Según datos de Trànsit, la C-32 también experimentó colas de más de cinco kilómetros entre Gavà y Sant Boi. Como efecto en cadena, la C-31C, entre Sant Boi y el Prat, también se vio afectada.

Los paneles informativos situados en las principales incorporaciones alertaban sobre el suceso y las retenciones. El objetivo de estas indicaciones era desviar a los conductores hacia rutas alternativas. No obstante, a esas horas del día, la densidad de vehículos resultó inevitable. El tramo afectado se convirtió en un punto neurálgico de problemas viales. Conductores con destino a Barcelona, o quienes se dirigían a localidades cercanas, buscaron desvíos alternativos. Sin embargo, la coincidencia con la hora punta complicó cualquier intento de minimizar la congestión.

La circulación comenzó a normalizarse con el paso de las horas, una vez retirado el vehículo o vehículos siniestrados. Aun así, el efecto colateral de las primeras retenciones siguió patente en las principales arterias cercanas. El monumental atasco tardó en disiparse completamente.

En este punto es importante recordar la necesidad de informarse del estado de las carreteras antes de emprender nuestro trayecto. Esto puede ayudarnos a no vernos sumergidos en situaciones de retenciones, como la de este caso en la C-31, y llegar a tiempo a nuestros destinos. Empezar el día atrapados en una caravana no es nada satisfactorio para nadie.