La madrugada del pasado miércoles, los Mossos d'Esquadra llevaban a cabo un control de tráfico rutinario en la C-55, a su paso por la comarca del Bages, cuando detectaron una actitud sospechosa por parte de uno de los conductores. El hombre, al percatarse del operativo policial, realizó una maniobra extraña: abrió la ventanilla y arrojó por ella dos pequeños paquetes.
El gesto no pasó desapercibido. Los agentes, entrenados para detectar este tipo de comportamientos, no dudaron en detener el vehículo y registrar su interior. En cuestión de segundos, lo que parecía un simple control se convirtió en una intervención por presunto delito contra la salud pública. Los Mossos localizaron dentro del coche un tercer paquete que no llegó a ser arrojado.
El contenido de los paquetes y el engaño del conductor
Una vez recuperados los tres bultos —los dos lanzados por la ventanilla y el tercero hallado en el interior del turismo— se confirmó lo que ya sospechaban los agentes: los envoltorios contenían sustancias estupefacientes, en concreto, hachís. En total, la droga decomisada ascendía a 300 gramos, cantidad suficiente como para considerar que no se trataba de consumo propio.

La sorpresa, sin embargo, no se quedó ahí. Al ser identificado, el conductor facilitó unos datos personales que despertaron dudas en los agentes. Declaró tener 56 años y presentó documentación que, en apariencia, parecía válida. No obstante, tras realizar algunas comprobaciones más exhaustivas, se descubrió que la identidad era falsa.
Una mentira detrás de otra
El hombre no tenía 56 años, sino 73. Una diferencia de edad sustancial que no solo revela una clara intención de engañar, sino también el intento de ocultar antecedentes u órdenes pendientes. Pero la situación todavía se agravó más cuando los Mossos descubrieron que el individuo no tenía permiso de conducir.

Al realizarle la prueba de detección de drogas, el resultado fue positivo. El conductor circulaba bajo los efectos de sustancias estupefacientes, lo que ponía en grave riesgo no solo su seguridad, sino también la de otros usuarios de la vía. Conducir sin licencia ya es, de por sí, una infracción grave, pero hacerlo además con drogas en el organismo y transportando hachís agrava el caso hasta convertirlo en un delito múltiple.
Una detención con múltiples cargos
Tras recabar toda la información, los Mossos procedieron a detener al individuo. Está acusado de, al menos, cuatro delitos: tráfico de drogas, usurpación de estado civil, conducción sin carnet y conducción bajo los efectos de sustancias prohibidas. Todo ello en el marco de un control preventivo de tráfico.
Los controles en carreteras no solo sirven para detectar excesos de velocidad o incumplimientos menores, sino que en muchas ocasiones permiten descubrir delitos mucho más graves que de otro modo podrían pasar desapercibidos. En este caso, lo que podría haber sido una simple multa de tráfico se transformó en una operación policial completa.
Un caso que refleja una realidad más amplia
El perfil del detenido es llamativo. Un hombre de 73 años, involucrado en tráfico de drogas, conduciendo sin permiso y bajo los efectos de sustancias. Este tipo de situaciones, aunque infrecuentes, evidencian que el narcotráfico y las conductas peligrosas no entienden de edad.
El caso ya ha sido puesto en manos del juzgado de guardia de la zona, que valorará las imputaciones y los pasos a seguir. En paralelo, los Mossos seguirán reforzando este tipo de controles en la red viaria catalana para evitar que hechos como este se repitan.
Y lo más sorprendente del caso…
Fue descubrir que el conductor no solo mintió sobre su edad, sino que realmente tenía 73 años, y aun así seguía involucrado en actividades delictivas, conduciendo sin carnet y transportando droga. Una edad en la que muchos están jubilados… y él, en cambio, acabó esposado.