La madrugada puede ser testigo de los episodios más oscuros de nuestra sociedad. Cuando la ciudad parece dormida, emergen historias que desafían cualquier lógica y muestran los extremos a los que puede llegar la violencia. Un caso reciente, especialmente impactante por la brutalidad de los hechos y la situación de vulnerabilidad de la víctima, ha vuelto a situar en el centro del debate la necesidad de más prevención y protección social.
Como ya informamos en XCatalunya, todo comenzó en la madrugada del 16 al 17 de julio de 2025 en el barrio de La Isleta, uno de los más conocidos de Las Palmas de Gran Canaria. Eran cerca de las cuatro de la mañana cuando los servicios de emergencia recibieron el aviso: un incendio se había declarado en una vivienda situada en la intersección de las calles Roque Nublo y Trafalgar. La respuesta de los bomberos y de la Policía Nacional fue inmediata, y lo que encontraron al llegar a la escena superó cualquier expectativa.
Frente a ellos se hallaba una joven, prácticamente inconsciente, con quemaduras que afectaban al 90% de su cuerpo. La gravedad de sus heridas exigía una actuación médica urgente. Según relató la propia víctima, su pareja sentimental, un joven de 20 años, la había rociado con un líquido inflamable y posteriormente le prendió fuego en un intento de acabar con su vida.

La investigación policial permitió localizar al presunto agresor poco después del ataque. Ambos, tanto víctima como atacante, fueron trasladados al Hospital Doctor Negrín y posteriormente estaba previsto el traslado de la joven a la unidad de quemados de Sevilla, ante la gravedad de las lesiones sufridas.
Contexto social y antecedentes: una historia marcada por la vulnerabilidad
La víctima, una menor de 17 años de nacionalidad española, se encontraba bajo tutela del Gobierno de Canarias en un centro de menores, aunque en los últimos días se había fugado del centro. Mantenía una relación reciente con el agresor, quien había llegado a Canarias en patera poco más de un mes antes, tras ser interceptado en aguas cercanas a Lanzarote. A pesar de tener una orden de expulsión vigente, el joven marroquí fue trasladado a un centro de acogida de migrantes en la zona, conocido como Canarias 50, situado precisamente en el barrio donde ocurrieron los hechos.
Tanto la víctima como el detenido frecuentaban una infravivienda próxima al centro de acogida, un lugar que los vecinos de La Isleta identifican como un foco de problemas sociales: allí se vende droga al menudeo y es habitual ver a toxicómanos utilizarlo como fumadero. No son pocos los avisos que los residentes han trasladado a las autoridades en los últimos meses alertando de la situación. Fue precisamente en el exterior de este inmueble donde la Policía encontró a la joven malherida.
Ahora ha trascendido un vídeo en el que se percibe la llamarada provocada por el joven marroquí. Lo ha publicado el medio HerQles e impresiona más de lo que podía preverse en una primera instancia.