Esta tarde, circular por una de las vías más transitadas del entorno barcelonés se ha convertido en una auténtica prueba de paciencia. Desde primeras horas de la tarde, numerosos conductores han reportado colas kilométricas, desplazamientos extremadamente lentos y una tensión creciente que afectaba a miles de usuarios que trataban de llegar a sus destinos.
No era una operación salida ni una jornada de obras programadas. Sin embargo, la congestión alcanzó niveles poco habituales, afectando especialmente a quienes dependían de esa vía para su conexión diaria entre el extrarradio y la capital catalana.
Con el paso de los minutos, las redes sociales se llenaron de quejas, fotos de interminables filas de vehículos y advertencias para evitar la zona.
Una tarde marcada por la incertidumbre en la carretera
Mientras avanzaban las horas, las primeras informaciones oficiales comenzaban a dibujar un panorama complicado. Según los datos recogidos, los problemas surgieron en un punto estratégico donde la circulación suele ser densa incluso en condiciones normales. De hecho, la carretera en cuestión es conocida por absorber diariamente un volumen de tráfico altísimo, y cualquier contratiempo, por pequeño que sea, puede desencadenar grandes afectaciones en la movilidad.
El Servei Català de Trànsit, responsable de la gestión del tráfico en Cataluña, empezó a emitir avisos alertando de las dificultades, recomendando rutas alternativas para quienes pudieran evitar la zona afectada. La recomendación, sin embargo, llegó tarde para muchos conductores que ya estaban atrapados en colas interminables.
Algunos usuarios explicaban que habían tardado más de una hora en avanzar apenas unos kilómetros, mientras otros relataban cómo veían vehículos intentar salir de la vía en cualquier oportunidad posible, generando situaciones de riesgo adicional.
Qué ha pasado exactamente en la B-20
Tras varias horas de especulaciones y falta de detalles, finalmente el Servei Català de Trànsit confirmó la causa del caos: un accidente en la B-20, a la altura de Santa Coloma de Gramenet en dirección a Barcelona, había obligado a cerrar parcialmente la vía, dejando abierto solo un carril operativo.
La B-20, también conocida como Ronda de Dalt, es una de las principales circunvalaciones de Barcelona y su área metropolitana. Su importancia para la conectividad entre municipios como Badalona, Santa Coloma, Montcada y la propia Barcelona hace que cualquier alteración tenga un efecto dominó inmediato sobre el tráfico.
Según la información facilitada, el accidente —cuyos detalles específicos todavía no se han difundido— obligó a cortar varios carriles, generando una retención que se extendió rápidamente a varios kilómetros de distancia. No se han reportado heridos graves, pero el impacto en la circulación ha sido considerable y se prevé que la normalidad tarde horas en recuperarse por completo.
Lo ocurrido esta tarde en la B-20 es un recordatorio claro de la fragilidad de nuestras infraestructuras viarias ante cualquier imprevisto. Una vía crítica, cuando sufre un accidente, se convierte en un cuello de botella que afecta no solo a los conductores atrapados, sino al conjunto de la movilidad de toda el área metropolitana.