Una chef con gorro blanco hace un gesto de aprobación con la mano frente a un fondo de comida, acompañada de un emoji sonriente.

El espectacular plato a la brasa de una de las cocineras de 'El taper de la iaia'

Tendrás muchas ganas de probarlo

Hay platos que no solo alimentan el cuerpo, sino que abrazan el alma. Recetas que han pasado de generación en generación y que, al probarlas, nos transportan a la cocina de nuestras abuelas, donde el tiempo parecía detenerse y el aroma lo inundaba todo. Eso es precisamente lo que consigue El tàper de la iaia, el entrañable programa de cocina catalana de 3Cat que rinde homenaje a las abuelas de toda Cataluña, sus recetas, y su infinita sabiduría culinaria.

Una cocina que sabe a casa

En este espacio único, mujeres de distintas regiones del territorio catalán comparten sus platos de toda la vida, cocinados con mimo, sencillez y ese amor que solo una iaia sabe transmitir. Y entre todas esas joyas gastronómicas, hay una cocinera que ha logrado destacar por su autenticidad y por su devoción por los sabores tradicionales. Ella es Sílvia, y sus platos favoritos reflejan su alma generosa y su pasión por la cocina bien hecha.

Un plato de camarones asados con tomates cherry y hierbas sobre un mantel azul.
Un delicioso plato de gambas | Getty Images

Sílvia es, como ella misma dice, muy patatera. Cree que en cualquier buen plato nunca deberían faltar las patatas. Le encantan las tortillas —de patata, de calabacín— y menciona con ternura una variante estival con tomate que en casa se disfruta como un pequeño tesoro. También adora el arroz, especialmente ese arroz a la cazuela tan típico, cargado de costilla, conejo, sepia y un toque de calamares, donde el mar y la montaña se dan la mano.

No faltan tampoco en su cocina los platos de cuchara: escudella con arroz, fideos y col; papillotes al horno con butifarra negra, zanahoria, patata... Un auténtico festín de sabores caseros, reconfortantes y humildes que construyen memoria en cada bocado.

Olla con caldo de pollo y verduras hirviendo.
Una olla con verduras | Directo al paladar

El momento más esperado

Pero entre todas esas delicias, hay un plato que se ha ganado el primer lugar en su corazón y que, sin duda, ha enamorado también a los espectadores del programa. Un plato con historia, con carácter, con un toque de fuego y de tradición ancestral. Y aunque Sílvia tiene un repertorio que parece interminable, este destaca por su sencillez aparente y su resultado absolutamente espectacular.

La cocinera lo describe con entusiasmo: un trozo de conejo a la brasa, preparado como lo hacían antaño. Pero no es cualquier conejo. Aquí viene el secreto: primero, se coloca una loncha de panceta sobre el trozo de carne y, a continuación, se envuelve todo con mantellina, esa fina y delicada membrana que recubre el hígado del cerdo. El conjunto se lleva a la brasa, y el resultado es simplemente inolvidable.

Sabor, fuego y emoción

El calor de las brasas transforma el conjunto en una sinfonía de sabores y texturas: el conejo se cocina lentamente, absorbiendo la grasa de la panceta; la mantellina se funde y crea una capa crujiente y sabrosa que sella todo el sabor.  Es un plato humilde y, a la vez, majestuoso. Uno de esos que hacen que te quedes en silencio en el primer bocado.

Un plato de los de antes, con ingredientes de siempre y el truco infalible de las iaies: cocinar con amor. Y así, sin artificios, sin prisas y con una sabiduría que no se enseña en ninguna escuela, Sílvia ha conquistado al público y ha recordado a todos por qué las recetas de nuestras abuelas siguen siendo las más queridas.

Porque a veces, lo más espectacular, está en lo más sencillo. Y lo que parecía “solo” un conejo a la brasa… termina siendo pura magia.