En España, más de 2,5 millones de declaraciones de la renta incluyen a personas con discapacidad. Sin embargo, muy pocas familias —apenas unas 11.500— aprovechan los beneficios fiscales que podrían ayudarles a garantizar el bienestar de sus familiares más vulnerables.
Estos patrimonios son mucho más que una simple cuenta o un fondo: son estructuras jurídicas que permiten a padres, hermanos o tutores ahorrar e invertir en beneficio de un ser querido con discapacidad, protegiendo esos recursos de usos indebidos y, además, con importantes ventajas fiscales.
¿Qué es un patrimonio protegido?
Un patrimonio protegido es un instrumento pensado para canalizar bienes y fondos exclusivamente a favor de personas con discapacidad intelectual igual o superior al 33 %, o física igual o superior al 65 %. Se crea legalmente para asegurar que esa persona pueda afrontar sus necesidades vitales en el futuro.

Los bienes que se integran en este patrimonio —como cuentas bancarias, fondos de inversión, inmuebles o seguros— no se mezclan con el resto del patrimonio familiar. Tienen un régimen jurídico especial que los protege legalmente frente a deudas o decisiones erróneas.
Beneficios fiscales clave
El principal atractivo de esta herramienta es fiscal. Las aportaciones a un patrimonio protegido permiten reducir la base imponible del IRPF del aportante. Cada patrimonio puede recibir hasta 24.250 euros anuales con derecho a deducción, y cada aportante puede deducirse hasta 10.000 euros.

Además, la persona con discapacidad que recibe las aportaciones está exenta de tributar por ellas hasta tres veces el IPREM. Es decir, hablamos de una fórmula que no solo protege económicamente a quien lo necesita, sino que además permite ahorrar impuestos de forma significativa cada año.
¿Cómo se crea?
Constituir un patrimonio protegido requiere un procedimiento notarial. Un notario especializado ayudará a redactar las reglas de administración —quién gestiona, cómo se utiliza el dinero, y con qué límites— y también puede orientar en la solicitud de autorización en caso de que se quieran vender o comprar bienes con el patrimonio.
Una vez constituido, se abre una cuenta bancaria vinculada y se formalizan las aportaciones ante notario. Es importante también llevar un control estricto y documentado de todos los movimientos, ya que pueden estar sujetos a inspección por parte de la Agencia Tributaria o el Ministerio Fiscal.
Una herramienta poco utilizada, pero muy eficaz
¿Por qué entonces hay tan pocos patrimonios protegidos registrados si son tan útiles? En gran parte, por desconocimiento. También porque su constitución implica trámites legales y financieros que pueden parecer complejos. Pero con la ayuda de profesionales adecuados, todo es mucho más sencillo de lo que parece.
De hecho, muchas entidades financieras y notarías especializadas ya ofrecen asesoramiento personalizado. Es una inversión de tiempo que puede marcar la diferencia en el futuro de alguien que depende, en gran parte, del cuidado y previsión de su entorno familiar.
El consejo clave
Si tienes un familiar con discapacidad y estás pensando en cómo garantizar su futuro, no dejes esta decisión para más adelante. Planificar con tiempo, buscar asesoramiento especializado y constituir un patrimonio protegido es, sin duda, una de las mejores decisiones que puedes tomar para asegurar su bienestar… y también el tuyo.
Porque nada da más tranquilidad que saber que tus seres queridos estarán protegidos, incluso cuando tú ya no estés para cuidar de ellos.