El periodista deportivo Xavi Torres, referente de TV3 durante años en la información del Barça, ha roto su silencio para contar uno de los episodios más oscuros de su carrera. En una entrevista con Vilaweb, Torres ha señalado directamente a su exjefe en TV3, Josep Maria Farràs, como el responsable de su “decapitación” profesional por orden de Sandro Rosell, expresidente del FC Barcelona.
“Rosell pidió mi cabeza y Josep Maria Farràs se la entregó”, ha declarado Torres, visiblemente afectado. “Es tristísimo que se aceptara una purga política en un medio público, solo porque yo era próximo a Cruyff, Guardiola y Laporta”.
De referente blaugrana a tertuliano arrinconado
Xavi Torres fue durante años la voz del cruyffisme en los informativos deportivos de TV3. Su proximidad a figuras como Joan Laporta le costó caro cuando el poder cambió de manos en el Barça y Rosell tomó el mando. Torres fue desplazado a segundo plano y finalmente relegado a colaboraciones esporádicas.

Actualmente aparece como tertuliano en el programa Onze, conducido por Xavi Valls, otro de los periodistas señalados durante esa etapa. Mientras tanto, Farràs continuó ascendiendo, llegando a ser fichado en 2017 por el propio FC Barcelona como jefe de estrategia de contenidos audiovisuales.
El “corredor de la muerte” en la redacción de TV3
El también periodista deportivo de TV3 Joan Ramon Vallvé ha confirmado la versión de Torres y ha añadido detalles escabrosos. Según Vallvé, se creó una especie de mesa “de castigo” en la redacción, a la que llamaban “el corredor de la muerte”, donde fueron sentados él mismo, Torres y otros dos compañeros críticos con la línea editorial de entonces.

“Querían hacer creer que se trataba de una reorganización, pero fue una purga en toda regla. TV3 algún día nos deberá pedir disculpas”, escribió Vallvé en la red social X. Ambos coinciden en que el objetivo era apartarlos sin explicaciones públicas, camuflando las decisiones como cambios estructurales.
Silencios, puñales y facturas pendientes
Torres no esconde su decepción personal con Farràs: “Le reprocho más a él que a Rosell o Bartomeu. Ellos eran políticos, pero él era periodista, y bajó la cabeza ante el poder”. Aun así, afirma que su conciencia está tranquila: “Fui un grano en el culo de muchos, y un día se acabó”.
En diciembre de 2024, Farràs aún aparecía en pantalla comentando un torneo de billar en TV3, lo que provocó comentarios irónicos de quienes recuerdan su papel en la “limpieza” de la redacción. Torres, Vallvé y Valls siguen vinculados a TV3, pero desde posiciones mucho menos influyentes que antaño.
Un patrón que se repite en los medios catalanes
Este episodio no es aislado. En RAC1, periodistas como Dani Sanabre y Gerard Romero también han denunciado presiones internas y vetos ideológicos. Romero, incluso, acusó a Joan Maria Pou de actuar como un “capo de la mafia mediática”, alimentando aún más el debate sobre la politización de las redacciones deportivas en Catalunya.
En palabras de Torres, “el poder siempre ha querido silenciar al periodismo incómodo, y en los medios públicos esto es doblemente grave porque se juega con dinero de todos”. Aun así, considera que hablar claro ahora es un deber: “Ya no me pueden hacer más daño”.
La cultura del silencio empieza a romperse
A pesar del tiempo transcurrido, la herida sigue abierta. La falta de disculpas oficiales de TV3 y la permanencia de figuras como Farràs en la televisión pública alimentan la sensación de impunidad. Muchos profesionales optaron por callar, pero otros, como Torres y Vallvé, han decidido hablar.