Un gesto tan humano como un simple tropiezo puede convertirse en tendencia. La llegada de la princesa Leonor al puerto de Marín (Pontevedra), tras completar varios meses de formación militar a bordo del Juan Sebastián de Elcano, dejó una imagen que no pasó desapercibida. La heredera descendía con paso firme… hasta que un resbalón interrumpió su elegancia, provocando un pequeño tropiezo.
La secuencia del tropiezo y las redes arden
Leonor llegaba el domingo 13 de julio al muelle de Torpedos, rodeada de compañeros y expectación. Algunos medios registraron el momento en que bajaba por la pasarela, cálida y nerviosa, y esa lluvia ligera que humedecía la estructura provocó el resbalón. Aunque el tropiezo no fue grave —la princesa recuperó el equilibrio al instante—, el gesto bastó para que se viralizara en plataformas como X (antes Twitter), donde usuarios bromearon sobre su "patosa" llegada.
En redes no tardaron en aparecer comentarios que la describían con ironía, criticando su supuesto torpeza "como todos los Borbones". Sin embargo, otros mostraron su admiración por la reacción rápida y encajar el percance con naturalidad.

Un contexto de fondo: formación naval y compromiso institucional
Este momento llegó al final de una etapa académica clave. La princesa ha completado siete meses de preparación militar en el buque escuela Elcano, cubriendo cuatro continentes, con escalas en América y Europa. Ahora, tras ser nombrada hija adoptiva de Marín y tras recibir la Medalla de Oro de Galicia, la joven cumple con el protocolo real tras su instrucción naval.
El acto de nombramiento como hija adoptiva se celebró en el ayuntamiento, donde Leonor firmó el libro de honor. En su dedicatoria, resaltó su vínculo con Marín y el sentimiento de sentirse “como en casa” tras los meses embarcada.
Casa Real calla
Las reacciones oficiales no tardaron. Desde la Armada se restó importancia al percance, destacando que condiciones como la lluvia y la marea alta suelen complicar la maniobra de desembarque. Los guardiamarinas presentes, cercanos a Leonor, apoyaron su recuperación, haciendo notar también su profesionalidad y serenidad frente al tropiezo.

Desde Casa Real no ha habido un comunicado explícito sobre el resbalón, pero sí mensajes de respaldo por la formación de la heredera. Y en redes, algunos usuarios han llegado a comparar la caída con las famosas patadas que su abuelo, el rey Juan Carlos, protagonizó en el pasado, subrayando que los tropiezos reales no son nuevos y forman parte de su humanidad.
Un reflejo de la personalidad y el estilo de Leonor
Este incidente minoritario vino acompañado de otras imágenes más solemnes: el discurso en gallego, su firmeza al recibir la Medalla de Oro de Galicia, y las decenas de personas que la recibieron gritando “Viva la princesa”. Esa combinación de tensión y naturalidad define el estilo de Leonor: comprometida, aplicada, pero aún joven, con destellos de espontaneidad que la conectan con el público.
El resbalón no resta valor a su trayectoria; más bien añade un matiz humano al relato de su preparación militar. Como primogénita de los Reyes, Leonor continúa construyendo su camino con disciplina, pero sin pretender la perfección.