En la primera semana de septiembre de 2025, el presentador del TN vespre ha buscado calma. Lo ha hecho en alta montaña del Ripollès, dentro de la Vall de Camprodon, en un pueblo increíble. El entorno ofrece aire fresco y cielos limpios al final del verano. Es un contexto ideal para cargar pilas antes de una agenda intensa.
El enclave se sitúa en torno a 1.450 m de altitud, con noches frescas incluso en septiembre. La mejor época para una visita relajada va de finales de verano a otoño. En esas fechas hay menos afluencia que en invierno, cuando la nieve dispara la demanda.
El lugar al que debes ir: transporte, tiempos y costes
En coche desde Barcelona el itinerario más cómodo enlaza C-17 hasta Ripoll, y luego C-26 y C-38 hacia el valle. El trayecto ronda 2 horas y unos 128 km, según condiciones de tráfico.

Si prefieres transporte público, existe un autobús directo con salidas desde Barcelona – Gran Via, 658 hacia Camprodon. Tarda alrededor de 2 h–2 h 10 min y cuenta con varias frecuencias diarias. También puedes combinar R3 hasta Ripoll y continuar en bus comarcal; calcula cerca de 3 h 40 min de viaje total.
Aquí los costes orientativos son contenidos para una escapada corta. El bus directo suele ser competitivo frente al coche si viajan una o dos personas. En coche, añade peajes ocasionales y combustible, además del aparcamiento en pueblos del valle.
El lugar revelado donde ha ido Cruanyes y por qué seduce
El destino es Tregurà de Dalt, un núcleo de Vilallonga de Ter, en el corazón del Ripollès. El alojamiento elegido por la pareja fue la Fonda Rigà, una casa con tradición familiar y vistas abiertas a la Vall de Camprodon. Está muy cerca de Vallter 2000, lo que refuerza su atractivo en invierno y media estación.

La Fonda Rigà funciona como hotel-restaurante de montaña, con cocina de producto local y un trato cercano. Para quien busque una base panorámica y tranquila, es un acierto.
Cómo ahorrar sin perder calidad en Fonda Rigà
Dormir y desayuno por 67 € por persona, con opciones de media pensión (87 €) y pensión completa (107 €). De septiembre a junio cierran martes y miércoles, y entre enero y Semana Santa los fines de semana exigen mínimo de 2 noches. Reservar entre semana en otoño ayuda a ajustar presupuesto y a disfrutar de salas y miradores casi en exclusiva.
Si combinas estancia con comida en el propio restaurante, puedes prescindir de desplazamientos diarios. Así ahorras en gasolina y aparcamiento, y aprovechas el día con paseos cortos señalizados desde el mismo núcleo.
Afluencia y mejores horas para ir
Las mañanas tempranas ofrecen la luz más limpia sobre el valle. A primera hora encontrarás menos afluencia en caminos y en puntos fotogénicos de Tregurà de Dalt. Al caer la tarde, la brisa enfría rápido por la altura, así que una capa térmica ligera es buena idea.
Para una escena muy local, prueba una ensalada catalana contundente tras un paseo suave. Como la que disfrutó Cruanyes, como se puede apreciar en la siguiente foto que publicó en historias de Instagram.

Qué cambia tras septiembre y por qué importa
A partir de mediados de septiembre el valle entra en tono otoñal, con días más cortos y colores intensos. La Fonda Rigà mantiene el cierre de martes y miércoles en temporada baja, y el transporte interurbano ajusta horarios según calendario. Cuando se acerque el invierno, Vallter 2000 gana actividad y sube la afluencia en fines de semana, lo que conviene considerar si buscas silencio.