Esta semana, un nuevo testimonio sobre la Familia Real británica ha despertado la atención internacional. Robert Lacey, experto en los Windsor, ha contado un detalle clave sobre el príncipe George, que durante años había permanecido en la intimidad. Sus palabras abren una ventana a la relación del príncipe Guillermo y Kate Middleton con su hijo mayor, marcada por el cuidado y la discreción.
El príncipe George, que hoy tiene 12 años, creció en un entorno muy distinto al que muchos imaginan para un heredero al trono. Guillermo y Kate planearon con minuciosidad cada paso de su educación emocional. ¿Cómo consiguieron que un niño con semejante futuro viviera hasta los siete años una vida prácticamente normal?

Robert Lacey revela cómo Guillermo y Kate protegieron la infancia del príncipe George
El príncipe George nació el 22 de julio de 2013 en el Hospital St Mary, donde también habían llegado al mundo Guillermo y Harry. Desde aquel instante, su destino estaba sellado: algún día se convertirá en el rey del Reino Unido. Sin embargo, sus padres decidieron que esa pesada carga no debía condicionar sus primeros años de vida.
La historia reciente de la Familia Real explica esta decisión. El propio Guillermo reconoció en varias ocasiones que creció bajo una fuerte presión mediática, especialmente tras la pérdida de su madre, Diana de Gales. Esa experiencia marcó su forma de entender la paternidad y lo llevó a buscar un enfoque diferente para sus hijos.
A lo largo de las últimas décadas, la monarquía ha ido suavizando algunos protocolos rígidos para dar cabida a la vida privada de sus miembros. Con esa visión más moderna, Guillermo y Kate diseñaron una estrategia silenciosa para hablar con George de su destino real en el momento justo, evitando que lo supiera demasiado pronto.

La gran revelación llegó de la mano de Robert Lacey, reconocido historiador y autor de varios libros sobre los Windsor. En declaraciones a la revista People, aseguró que Guillermo y Kate no contaron a George que sería rey hasta que cumplió los siete años. "Él ha tenido una infancia normal", explicó Lacey.
El experto destacó que esa normalidad fue el resultado de una decisión consciente: "Guillermo retrasó deliberadamente la noticia hasta el último momento posible. Eso demuestra el cuidado y la consideración hacia su hijo. También nos dice algo sobre cómo se sentía el propio Guillermo al respecto sobre el peso de la corona", añadió.
La elección de esperar hasta 2020 para compartir con George su destino refleja un compromiso con su bienestar emocional. El heredero vivió sus primeros siete años como un niño más, asistiendo a la escuela, disfrutando del campo y jugando con sus hermanos, sin el peso de ser el futuro monarca.
Una línea de sucesión marcada por el futuro de George
Actualmente, la línea de sucesión al trono británico sitúa a Guillermo en primer lugar y a George en el segundo. Tras él se encuentran la princesa Charlotte y el príncipe Louis. Solo después aparece el príncipe Harry, que ocupa la quinta posición.
La infancia de George adquiere así una dimensión especial: es el único de los tres hermanos destinado a reinar. Sin embargo, Guillermo y Kate han querido que esa diferencia no condicione su vida cotidiana. Mantener ese delicado equilibrio ha sido, según los expertos, uno de los grandes logros de los príncipes de Gales en la última década.
La protección de la intimidad de los niños también se refleja en los planes de vivienda de la pareja real. Según confirmaron el pasado mes de junio, Guillermo y Kate se mudarán a Forest Lodge a finales de este año. Un traslado a una residencia situada cerca del colegio Lambrook School, donde estudian George, Charlotte y Louis.

El biógrafo Robert Hardman lo expresó con claridad en una entrevista con la BBC. "Guillermo se toma su papel de padre del futuro rey tan en serio como se toma su papel de futuro rey. Su principal prioridad es asegurarse de que lo disfruten en lugar de temerlo", expresó.
En este modo de criar a George se percibe la huella de Diana de Gales, cuya preocupación constante fue que sus hijos vivieran experiencias normales. Guillermo ha recogido ese legado y lo ha llevado más lejos, retrasando la conversación sobre el destino real de George para que pudiera disfrutar de la inocencia infantil durante más tiempo.
La confesión de Robert Lacey sobre el príncipe George confirma cómo Guillermo y Kate han priorizado la infancia de su hijo por encima del protocolo. Retrasar hasta los siete años la noticia de que sería rey refleja un cambio generacional dentro de los Windsor. Lo que queda por ver es cómo esa crianza equilibrada marcará el carácter del futuro monarca británico.