El rey Carlos ha tomado una decisión que, sin duda, generará controversia en el Reino Unido. Esta medida afecta directamente a uno de los símbolos históricos que vinculaban a la monarquía con Meghan Markle. Pese a que la decisión tiene un respaldo lógico y financiero, la reacción entre algunos sectores será de indignación.
Desde que Carlos III ascendió al trono, ha buscado modernizar la Casa Real y adaptar la institución a los tiempos actuales. En ese contexto, ha decidido jubilar definitivamente el tren real, un medio de transporte que ha servido a la Familia Real durante más de un siglo. Este tren, además, fue escenario de uno de los momentos más destacados de Meghan Markle junto a la reina Isabel II.
El famoso tren real, que data de la época de la reina Victoria, fue el único lugar donde Meghan Markle fue invitada personalmente para realizar un acto oficial con la monarca. En junio de 2018, la duquesa de Sussex compartió una noche a bordo de este tren con Isabel II, en lo que se consideró un gesto de confianza y bienvenida. Además, la reina le regaló unos pendientes que simbolizaban su aceptación.
La decisión del rey Carlos afecta el legado institucional vinculado a Meghan Markle
Carlos III ha justificado la retirada del tren real por razones económicas y medioambientales. La modernización y mantenimiento de sus vagones suponen un gasto considerable, y el uso de helicópteros más eficientes resulta más adecuado a las necesidades actuales. El responsable de la bolsa privada del rey, James Chalmers, explicó que “avanzar significa no aferrarse al pasado” y que la monarquía debe ser disciplinada en el gasto.
La decisión se enmarca en una línea similar a la que Isabel II aplicó con el yate de Estado HMY Britannia, que fue retirado y convertido en museo en 1997. El tren real, con sus dos locomotoras llamadas príncipe Guillermo y príncipe Harry, conservará su legado como pieza de museo, aunque algunos puristas y tradicionalistas lamentan su desaparición del uso oficial. Además, los últimos viajes del rey Carlos y la reina consorte Camila a bordo costaron alrededor de 90.000 euros, cifra que ha provocado críticas públicas.
El tren real posee un fuerte valor sentimental para la Familia Real. Para Isabel II y el duque de Edimburgo, fue un espacio familiar que permitió combinar obligaciones oficiales con la presencia de sus hijos. La Reina Madre también apreciaba este transporte, ya que le facilitaba viajar de noche y llegar descansada a sus compromisos.
Carlos III marca el fin de un capítulo clave en su relación con Meghan Markle
La relación entre Meghan e Isabel II ha quedado marcada por ese viaje en tren real, donde la duquesa se mostró cariñosa y respetuosa bajo la presión mediática que la acompañaba. Según relata el libro de Omid Scobie, ambas compartieron una manta en un gesto íntimo y espontáneo. Este momento fue clave para el inicio de la vida institucional de la duquesa dentro de la Casa Real.
Sin embargo, tras aquel episodio, las tensiones crecieron y los duques de Sussex anunciaron su salida de la familia real. Ahora, con la jubilación del tren real, Carlos III cierra un capítulo simbólico de la era que vinculó a Meghan Markle con la monarquía británica. Esta decisión es vista por algunos como un intento de avanzar, pero para otros representa una pérdida de tradición y un gesto que genera indignación.