Ha sido un verano completamente diferente, así se ha definido la situación de doña Sofía (86 años) durante estas vacaciones. La emérita ha atravesado momentos complicados por la preocupación por el estado de salud de Irene de Grecia ha marcado sus días. Este año, incluso, ha estado a punto de cancelar su estancia en Marivent.
Mallorca siempre ha sido un refugio para doña Sofía. El Palacio de Marivent le recuerda a su infancia en las islas griegas. Es un lugar cargado de recuerdos emocionales para ella.

Normalmente, ha sido la primera en llegar al palacio. Y ha sido también quien ha recibido al resto de la Familia Real. Pero esta vez ha cambiado la tradición.
Doña Sofía reaparece en Marivent en compañía de su familia
Por primera vez en muchos años, no ha sido ella quien ha abierto la casa de verano. La situación familiar ha forzado a modificar sus costumbres, aun así, no ha querido faltar a una de sus citas favoritas. La tradicional recepción con personalidades baleares se ha celebrado como cada agosto y allí ha reaparecido la reina Sofía.
La imagen ha sido significativa: Ha llegado caminando por los jardines de Marivent. Del brazo de sus dos nietas: Leonor y la infanta Sofía. Ambas han acompañado a su abuela con mucha cercanía, ha sido un gesto cargado de cariño y también de apoyo en un momento personal delicado.

Sofía ha agradecido ese gesto. Se ha mostrado tranquila, aunque visiblemente emocionada. Ha conversado con varios asistentes, siempre con sus nietas cerca.
La escena ha sido reveladora. Y ha confirmado lo que durante años se ha intuido en el entorno de la familia: la emérita mantiene una relación muy estrecha con la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Doña Sofía ha estado en todo momento junto a su familia en Marivent
Las jóvenes han estado muy pendientes de ella, no se han separado ni un instante. Han posado con ella ante los fotógrafos y han compartido sonrisas, miradas y gestos de complicidad. La reina Sofía, por su parte, se ha mostrado especialmente unida a ellas y ha tenido detalles constantes de afecto y protección.
Con esta aparición, ha quedado claro que los lazos familiares siguen siendo fuertes. Y que, pese a las dificultades personales, la reina Sofía ha encontrado en sus nietas un gran apoyo.
Marivent ha sido, una vez más, el escenario de una imagen que ha hablado por sí sola. Y que ha confirmado todas las sospechas: entre abuela y nietas, hay una conexión profunda y sincera.