El verano es sinónimo de viajes, descanso y desconexión, pero también se ha convertido en una trampa financiera para muchos españoles. Así lo ha advertido el economista Gonzalo Bernardos, una de las voces más influyentes del país en temas económicos, quien ha alzado la voz sobre un fenómeno cada vez más habitual: endeudarse para poder viajar.
Durante su intervención en el pódcast Inversión Inteligente y en el programa La Mirada Crítica, Bernardos ha puesto sobre la mesa una realidad que afecta ya a cuatro de cada diez españoles: pagan sus vacaciones a plazos, muchas veces recurriendo a créditos rápidos o, peor aún, a la tarjeta de crédito.
Viajar ya no es un lujo, es una necesidad… ¿o no?
“Ir de vacaciones ya no es un lujo, es una necesidad”, afirma Bernardos, señalando que el concepto de ocio ha cambiado drásticamente en los últimos años. “Antes, viajar era un privilegio reservado para ocasiones especiales. Hoy en día, la presión social y el estilo de vida nos empujan a viajar, aunque no podamos permitírnoslo”.

El economista destaca que las nuevas generaciones priorizan la experiencia del viaje sobre otros bienes de consumo. “En mi época, tener coche era esencial. Hoy, muchos jóvenes ni lo contemplan, pero en cambio, a los 25 años ya han dado la vuelta al mundo tres veces”.
Este cambio de mentalidad ha provocado un aumento del gasto en turismo y ocio, a costa de reducir las compras de bienes duraderos. Sin embargo, ese gasto muchas veces no se realiza con dinero disponible, sino con financiación, y ahí es donde reside el gran problema.

Créditos y tarjetas: el riesgo de las vacaciones financiadas
Bernardos ha sido tajante con respecto al uso de la tarjeta de crédito para financiar viajes: “Si vas a endeudarte para irte de vacaciones, hazlo con un préstamo al consumo, no con la tarjeta. El interés de una tarjeta puede superar el 17%, mientras que un préstamo personal puede rondar el 8 o 9%”.
El problema, explica, no es solo el coste financiero, sino la pérdida de control sobre las finanzas personales. “Disfrutarás del viaje, pero luego estarás meses pagando, agobiado, y sin capacidad de reacción ante imprevistos”.
Además, advierte sobre un error muy común en los hogares con hijos: empalmar la cuesta de septiembre con la de enero. “En septiembre llega el gasto escolar, matrículas, libros… Si además estás arrastrando la deuda de las vacaciones, puedes generar un agujero financiero difícil de reparar”.
Recomendaciones para unas vacaciones responsables
No gastes más de lo que puedes pagar en 1 o 2 meses. Si necesitas más tiempo, el viaje está por encima de tus posibilidades. Evita las tarjetas de crédito para pagar vacaciones. Son cómodas, pero peligrosas. Elige un préstamo al consumo si necesitas financiarte, pero asegúrate de tener capacidad para devolverlo sin comprometer tu economía.
Haz un presupuesto realista, que contemple también lo que viene después: vuelta al cole, Navidad, rebajas… No te dejes arrastrar por la presión social. No pasa nada por no ir al destino de moda si eso te garantiza tranquilidad financiera.
Bernardos concluye con una reflexión contundente: “Lo importante de las vacaciones no es el lugar al que vas, sino cómo vuelves. Si vuelves feliz, descansado… y sin deudas, habrán sido unas buenas vacaciones”.