Este verano, TV3 ha reactivado el motor de la gastronomía con la vuelta de 'Joc de cartes estiu', el querido concurso culinario presentado por Marc Ribas. La noticia estalló hace pocos días en un vídeo promocional donde Ribasanticipaba que esta nueva temporada sería “brutal”. La palabra bastó para elevar la expectación en redes sociales y medios especializados. También se intuía una ruta por lugares con encanto, batallas culinarias esperadas y un aire festivo propio del estío.
El programa ha vuelto… y la audiencia ya opina
El 6 de agosto marcó el regreso oficial de 'Joc de cartes estiu' con una entrega centrada en descubrir el restaurante más romántico de Barcelona. Marc Ribas presentó tres locales muy distintos: Cuadro Barcelona en Poblenou, Club61 —ese club clandestino del Eixample— y Gran Tonino Piano Club en Sarrià‑Sant Gervasi. El sistema de puntuación habitual no decepcionó.
Los propios restauradores evaluaron a sus competidores, pero fue la valoración final de Ribas la que decidió el ganador, que resultó ser Gran Tonino Piano Club. En redes, la nostalgia se mezcló con el humor catalán. Hubo comentarios llenos de añoranza por locales míticos como el Bar Paco, mientras otros bromeaban sobre el uso del catalán o se lanzaban críticas gastronómicas con chispa.

Una fórmula veraniega que apuesta por lo local y lo emocional
La edición de este 2025 propone cinco capítulos temáticos más un cierre especial con los momentos más destacados de la temporada. Las rutas incluirán desde Platja d’Aro hasta el Vallès, pasando por la Costa Brava.
Culminarán con la búsqueda del mejor arroz, las tapas más creativas o la terraza con más encanto del Maresme. La producción ha cuidado detalles que capturan el ambiente estival: música, paisajes, risas, y sí, incluso las puñaladas entre restauradores, como insinuó el tráiler publicado por 3Cat.
Los precios, un punto crítico
Aunque el programa resalta la calidad gastronómica y el encanto local, hay una sombra sutil: los precios. ‘Joc de cartes’ nunca ha sido barato. Algunos espectadores, especialmente en redes, han dejado caer sus reservas sobre la accesibilidad económica de ciertos locales.

Que el premio ascienda a 3.000 € puede ser llamativo, pero también sugiere que los establecimientos participantes son de alto nivel y quizás poco accesibles para todos los bolsillos. Esta mirada consciente añade un matiz de crítica social justo y necesario al programa. La crítica advierte que está más enfocado a clases sociales que se lo puedan permitir, que al amplio público, parte del cual solo puede ser partícipe a través de la televisión.
Sabor a futuro
‘Joc de cartes estiu’ regresa fuerte en 2025. Combina nostalgia, cultura gastronómica y una puesta en escena veraniega capaz de conectar con un público amplio. Marc Ribas vuelve como guía sensible y afilado, y la producción se apoya en escenarios con personalidad y debates picantes que alimentan el boca a boca.
Si el precio de los restaurantes despierta suspicacias, ese mismo detalle también pone en valor su exclusividad y calidad. Habrá que ver si la temporada logra equilibrar el glamour culinario con la cercanía, y si, tras el cierre especial, el programa consigue dejar un rastro duradero una vez más.