Chef con cabello canoso y uniforme blanco sosteniendo un plato de comida mientras una imagen borrosa de alimentos aparece en un círculo rojo en primer plano

El producto de Nandu Jubany presentado por la mejor profesional

La excelencia del servicio que marca diferencia en la alta cocina

La escena llega en una imagen luminosa y aparentemente sencilla. Una bandeja generosa, una sonrisa cómplice y un mensaje escueto  del chef que desata la curiosidad. No es una exclusiva al uso ni un anuncio grandilocuente, pero sí un gesto muy elocuente sobre cómo funciona la casa Jubany y quién sostiene su sala con pulso firme. El post no da pistas sobre precios ni listas interminables, sino que deja que hable el producto y quien lo presenta.

Un escaparate en Instagram con nombre propio

Nandu Jubany compartió en Instagram una fotografía en la que se ve a Anna, responsable de sala, presentando una selección de quesos artesanos. “Nuestros quesos artesanos y lo bien que los prepara Ana; no sé qué haría sin ella”, escribió el chef, acompañando la publicación con corazones y guiños que delatan gratitud y orgullo. La imagen, tomada en Can Jubany, cosechó miles de reacciones en pocas horas y puso el foco en un servicio que el restaurante cuida con mimo.

Para quien siga solo las cocinas, conviene recordar que Can Jubany lo levantaron en 1995 el propio Nandu y su compañera de vida y proyecto, Anna Orte. Ella dirige la sala, marca el ritmo del servicio y se ha convertido en una referencia silenciosa, tan discreta como esencial. Su trayectoria viene avalada por reconocimientos recientes, como la Tòfona d’Or 2025 que premia a quienes difunden la cultura de la trufa. No es casual que el chef la señale como “imprescindible”.

Chef con cabello canoso y uniforme blanco sostiene dos platos de comida mientras al fondo se observan fuegos artificiales en el cielo nocturno.
Nandu Jubany con fuegos artificiales por detrás | Canva Pro, XCatalunya, l'Universitari

El carro de quesos como declaración de intenciones

La imagen de Anna sosteniendo una bandeja de quesos no es una ocurrencia puntual. En Can Jubany, el capítulo lácteo es un pequeño ritual que resume la filosofía de la casa: producto de proximidad, afinado con criterio y servido con narrativa. Ya en publicaciones anteriores, el chef había mostrado su “selección de formatges catalans”, subrayando la variedad y el arraigo de productores locales. Un discurso coherente con la identidad del restaurante y con la temporada, cuando el territorio manda y la sala lo cuenta.

El detalle que más comentan los seguidores es el protagonismo de Anna. En un sector dado al ego, Jubany desplazó el foco hacia la profesional que remata la experiencia en sala. El gesto encaja con la casa madre de Calldetenes, reconocida por la Guía Michelin desde 1998 y mantenida con constancia. La estrella no es un trofeo de cocina aislada; es un trabajo coral que se ve, se siente y aquí se firma en una bandeja de quesos.

De la vitrina del día a la marca Jubany

Ahora está por ver si pronto se verá un surtido de quesos para llevar “a lo Jubany”, como ocurrió con sus canelones y croquetas de marca propia. No hay anuncio oficial, pero el precedente existe y funciona como referencia del potencial comercial del universo Jubany.

Mientras llegan novedades, el mensaje de Instagram cumple su misión. Humaniza, fideliza y recuerda que en Can Jubany el producto importa tanto como la persona que lo presenta. Un gesto simple, una bandeja bien escogida y la mejor profesional para presentarla.