Hombre mayor de cabello canoso con expresión seria en un jardín con muchas flores y un emoji de enojo grande al fondo

Los problemas de Carlos III con sus jardineros: 'Aparta...'

Los jardineros, al borde de la huelga por la actitud del Rey de Inglaterra

Highgrove House, la finca rural del rey Carlos III, alberga unos jardines de ensueño que han sido motivo de orgullo real durante décadas. Sin embargo, tras su apariencia idílica se esconde una realidad menos amable: un entorno de trabajo tan exigente y frustrante que ha llevado a once de sus doce jardineros a abandonar sus puestos en apenas tres años.

La información, publicada por The Times, ha destapado una crisis en la trastienda de la realeza británica. Según los testimonios recogidos, las condiciones laborales en Highgrove han tocado fondo, y el carácter meticuloso, autoritario y, a veces, humillante del monarca británico ha empujado al límite a su equipo de jardineros.

Sueldo mínimo para una responsabilidad máxima

En 2022, varios de los jardineros cobraban apenas 8,90 libras por hora, el salario mínimo en el Reino Unido para ese año. Aunque algunos aceptaban esa cantidad creyendo que el prestigio de trabajar para la casa real compensaba la diferencia, con el paso del tiempo ese orgullo inicial se fue desvaneciendo.

Un hombre mayor con cabello canoso y traje oscuro mira hacia atrás mientras una sirena roja animada está superpuesta en la imagen.
El Rey Carlos III y una señal de emergencia en un montaje | XCatalunya, Jedsara

“Parecía que debíamos sentirnos agradecidos simplemente por tener ese trabajo. Como si trabajar para el Rey fuera un honor en sí mismo, aunque no llegáramos a fin de mes”, afirma uno de los exempleados citados por el periódico británico.

Un rey meticuloso hasta la obsesión

Su pasión por la jardinería se traduce en una obsesión por el detalle, que ha llegado a causar despidos fulminantes por errores mínimos. Un jefe de jardinería fue cesado tras no saber el nombre de una flor concreta del jardín.  La frase que supuestamente pronunció el monarca fue clara: “Aparta a ese hombre de mi vista”.

Hombre de cabello canoso con traje formal mirando hacia atrás y un gráfico rojo con el número 180 y una flecha curva
Giro de 180 grados en la situación del Rey Carlos III | XCatalunya, redes

En otro episodio, un empleado cometió una falta ortográfica al escribir el nombre de un arbusto japonés. La reacción del rey fue devolverle la etiqueta con el error subrayado y un simple “¡No!”. Según relata The Times, son habituales las preguntas incisivas del tipo: “¿Por qué falta la etiqueta con el nombre de la magnolia?”, “¿Por qué no han salvado mi azalea?”, o “¿Se está alimentando correctamente el cerezo?”.

Recomendaciones que no se cumplen

A finales de 2023, la Fundación del Rey, que gestiona los jardines desde 2021, encargó una investigación externa para abordar la alta rotación de personal. El informe recomendó revisar los sueldos y ofrecer apoyo psicológico a los empleados, pero, según fuentes consultadas por The Times, las condiciones no han cambiado significativamente.

La exigencia va mucho más allá de lo habitual. En la biografía Rebel Prince de Bower, publicada en 2018, ya se mencionaban detalles sobre la rutina en Highgrove: jardineros obligados a arrancar malas hierbas tumbados boca abajo sobre un remolque o retiradas nocturnas de babosas hechas por exmilitares indios con linternas.

Orgullo y desconexión

Pese a todo, desde el entorno del monarca aseguran que Carlos III está “profundamente orgulloso” del trabajo realizado en sus jardines, considerados una joya de la botánica inglesa. Sin embargo, el contraste entre la belleza del lugar y la dureza del ambiente laboral no ha pasado desapercibido.

La brecha entre la percepción del rey y la experiencia de sus trabajadores parece insalvable. Un jardín puede ser un paraíso… o un campo de batalla silencioso. En Highgrove, según los que han pasado por allí, ambas cosas conviven bajo el mismo césped, entre azaleas, magnolias y órdenes inapelables.