Cuando el termómetro baja, Carme Ruscalleda vuelve a hablar de producto, memoria y cocina doméstica que abraza el cambio de estación. La cocinera de Sant Pol de Mar ha dejado pistas muy claras de cuál será su apuesta reconfortante para las próximas semanas. La noticia nació en su cuenta de Instagram, donde compartió una lámina con su inconfundible trazo y una receta escrita a mano.
Una hamburguesa de otoño con higos
El mensaje remite a su colaboración televisiva y a una fruta que anuncia el final del verano en Catalunya, sin desvelarlo todo de golpe. El dibujo y la receta hablan de “Hamburgueses de tardor” acompañadas por un chutney de higos. Se trata de una mezcla que convierte un bocado popular en alta cocina cotidiana. La idea no es caprichosa: Ruscalleda siempre ha defendido la estacionalidad y la compra consciente en el mercado de proximidad.
El guiño a los higos no es accesorio. La variedad Coll de Dama llega al punto en estas fechas y pide protagonismo en el plato. Los mayoristas de Mercabarna la sitúan en el calendario a finales de agosto, cuando aparece firme, dulce y lista para cocinar sin remordimientos. La chef ha explicado en televisión por qué esta fruta es un tesoro breve y cómo tratarla con respeto para que brille.

El rastro en redes y en plató
En “Tot es mou” se ha comentado propiedades y usos cuando la temporada está en su cénit, consolidando la idea de que el otoño empieza en la mesa. El post donde adelanta la receta viene fechado y etiquetado, con menciones al programa y a gremios de producto fresco. Allí se insiste en las figues Coll de Dama y se reivindica la cocina que parte de una cesta estacional, muy en la línea de su discurso público.
No es la primera vez que Ruscalleda usa sus redes para coordinarse con su agenda en TV3, enlazando conversación digital y presencia en directo. En ocasiones anteriores ya había señalado las mismas frutas y verduras en sus apariciones, con una pedagogía que mezcla oficio y complicidad.
Temporada, salud y oficio compartido
Entre las reacciones destaca el ecosistema de Mercabarna y su gremio de mayoristas. Con estos la chef ha colaborado para promover consumo responsable y divulgación culinaria. Esa alianza evidencia que el mensaje no se queda en la foto bonita, sino que baja al terreno del precio, la oferta y la sostenibilidad. Ruscalleda lleva años defendiendo que nos sienta bien lo que comían nuestros bisabuelos, porque era local y de temporada.

Ese mantra se escucha una y otra vez cuando habla de salud, y encaja con una hamburguesa otoñal que se remata con un chutney vibrante, ácido y dulce a partes iguales. Como figura mediática, su credibilidad se sostiene también en una trayectoria premiada y vigente, compartida ahora con su hijo Raül Balam en el restaurante Moments. La presencia de ambos en la alta cocina catalana sirve de aval a una propuesta popular que, sin perder cercanía, mantiene ambición técnica.