Una vez más, Meghan Markle ha dado un golpe sobre la mesa. Esta vez no ha sido con una entrevista, un documental o una declaración pública, sino con un lanzamiento empresarial que ha sacudido los cimientos de Buckingham. Su decisión es una declaración de independencia, de ruptura y de posicionamiento personal frente a la institución que tantos titulares ha generado a su costa.
En esta ocasión, la exactriz y duquesa de Sussex ha presentado oficialmente un nuevo producto bajo su marca personal “As Ever”, una línea de estilo de vida que refleja su visión más personal del bienestar, la sofisticación y la autonomía. Lo llamativo del caso no es solo el producto en sí, sino el mensaje que lleva implícito: Meghan no necesita a la Casa Real para brillar.
El nuevo artículo es un vino rosado de edición especial, elaborado por Fairwinds Estate, un prestigioso viñedo del Valle de Napa, en California. La elección no es casual: Meghan apoyó públicamente esta bodega cuando sufrió graves daños durante un incendio forestal, y esta colaboración reafirma su compromiso con causas solidarias… y con su tierra de acogida.

Más que un vino: una ruptura simbólica
Aunque la línea "As Ever" ya incluía productos como mezclas para galletas o cremas, el vino representa un paso distinto. Se trata de una bebida adulta, de celebración, de placer, pero también de elegancia y madurez. Como han destacado expertos en comunicación y redes sociales, el lanzamiento marca una nueva etapa en la marca personal de Meghan: la del control total de su imagen y de su relato.
Mientras Carlos III sigue convaleciente y mantiene un perfil institucional discreto, Meghan avanza con paso firme y, según muchos analistas, sin intención alguna de regresar al redil. La elección de este momento para lanzar el producto no parece una coincidencia.

Reacciones divididas: entre el elogio y la controversia
Las reacciones no han tardado en llegar. En redes sociales, muchos seguidores de la duquesa han celebrado su nueva faceta como empresaria independiente. Otros, sin embargo, han criticado la inclusión de una bebida alcohólica en una marca que hasta ahora proyectaba una imagen de salud y bienestar.
Lo cierto es que la decisión le permite ampliar su audiencia, conectar con un mercado más adulto y sofisticado, y reforzar su independencia económica. Además, con este paso, aleja definitivamente su imagen de la realeza británica para consolidarse como una figura global, alejada de los protocolos y las rigideces de palacio.
Meghan, empresaria, madre y símbolo
A pesar de las críticas, Meghan se ha consolidado como un referente de resiliencia y reinvención. Desde que abandonó oficialmente sus funciones como miembro activo de la familia real británica, ha sabido transformar cada polémica en oportunidad y cada obstáculo en marca personal.
Su equipo ha explicado que el vino refleja esa dualidad que tanto caracteriza a Meghan: elegancia, pero también cercanía. Lujo, pero con causa. Y sobre todo, libertad. Es un producto pensado para quienes desean disfrutar sin culpa, celebrar sin artificios y brindar por la vida que uno elige construir.
Un mensaje que no necesita palabras
El gesto de Meghan no es una simple incursión en el mundo del vino. Es, sobre todo, una afirmación de poder personal. Un mensaje dirigido a quienes dudaban de su capacidad de reinventarse. Y, muy posiblemente, también una indirecta clara para su suegro, el rey Carlos III, quien, según medios británicos, ya ha recibido el mensaje…