Oslo vive un verano inusualmente convulso. Y todo apunta a que la calma habitual de la Casa Real de Noruega se ha visto alterada por una serie de acontecimientos que alimentan tanto la preocupación como la especulación. Aunque la última protagonista ha sido Mette-Marit, quien ha intentado ocultar la verdad sobre su paradero en los últimos días.
Cuando se cumple un año desde la primera detención de Marius Borg, hijo de la princesa Mette-Marit, la situación lejos de apaciguarse ha adquirido nuevas capas de complejidad. El que durante años fue considerado como el gran azote de la monarquía noruega, vuelve a ser protagonista. En un momento en el que el país observa con atención cada movimiento de sus representantes reales.

En agosto, la Fiscalía debe tomar una decisión clave: imputar o no a Marius Borg por los hechos que se le atribuyen. Mientras tanto, el joven ha optado por tomar distancia, viajando al extranjero en compañía de su padrastro, el príncipe heredero Haakon, y de su hermano pequeño, el príncipe Sverre Magnus. Los tres han sido vistos recientemente en Ribeira d’Ilhas, una conocida playa portuguesa famosa entre los aficionados a los deportes acuáticos.
La familia de Mette-Marit hace un viaje fuera de Noruega
No es la primera vez que eligen este enclave, pues ya lo visitaron en 2016. Esta vez, sin embargo, una ausencia ha llamado poderosamente la atención: la de Mette-Marit.
Aunque el dicho viaje ha sido estrictamente privado y no figuraba en la agenda oficial de la familia real, la falta de la princesa no ha pasado desapercibida. Su ausencia ha desatado un aluvión de rumores en medios noruegos y redes sociales.
En los últimos meses, Mette-Marit ha incrementado su presencia pública tras un parón que tuvo lugar en marzo. Cuando se emitió un comunicado oficial informando que su enfermedad, la fibrosis pulmonar crónica, había progresado. “Necesita más descanso”, rezaba la nota, advirtiendo además que podrían producirse “cambios frecuentes en su agenda oficial”.
Nadie en Noruega sabe por qué Mette-Marit no ha ido al viaje familiar
Ahora, su ausencia en un momento tan sensible para la familia y, particularmente, para su hijo mayor, alimenta las sospechas. Aunque no hay confirmación directa, todo indica que la princesa estaría priorizando su salud y descansando en Noruega, evitando el estrés de los viajes internacionales.

A pesar de ello, desde palacio se guarda un silencio absoluto, y Mette-Marit continúa sin pronunciarse públicamente al respecto.
El misterio crece, pero las pistas empiezan a encajar: la princesa intenta mantener en la intimidad las consecuencias de su enfermedad. Pero los indicios apuntan claramente a que su frágil estado de salud es la verdadera razón detrás de su ausencia.