Mary y Federico de Dinamarca han reaparecido esta semana en Gråsten y lo han hecho con una calurosa y afectuosa bienvenida por parte de los vecinos de la gran localidad. La pareja real ha disfrutado por segunda vez de sus vacaciones en esta localidad del sur de Jutlandia como reyes. La acogida ha sido extraordinaria.
Esta visita ha tenido un componente especial debido a que los reyes han llegado acompañados de sus hijos: la princesa Isabella y el príncipe Vincent. Ambos han despertado gran simpatía entre los ciudadanos. Su presencia ha reforzado el vínculo entre la Corona y la comunidad local, ha sido un momento inolvidable para la región.

Decenas de personas se han acercado hasta las inmediaciones del Castillo de Gråsten. Esta residencia, usada tradicionalmente por los monarcas daneses durante el verano, ha sido el centro de todas las miradas. A diferencia del año anterior, no se ha desplegado la alfombra roja, esa ceremonia solo tuvo lugar en su primera visita como reyes.
La reina Mary de Dinamarca tiene que correr para estar junto al rey Federico
A su llegada, Federico y Mary se han detenido a conversar con el alcalde, Eric Lauritzen. Han intercambiado unas palabras en un ambiente distendido. Mary ha agradecido con entusiasmo la cálida bienvenida del ayuntamiento y de los vecinos.
Justo en ese momento se ha vivido una de las escenas más comentadas del día. Mientras saludaba al público, Mary se ha quedado rezagada. El rey y sus hijos han seguido caminando sin darse cuenta.

La reina ha tenido entonces que salir corriendo para alcanzarlos. Esa pequeña carrera ha provocado sonrisas entre los presentes. Y ha sido precisamente ahí cuando todos se han fijado en sus pies.
Mary ha corrido con elegancia, pero también con cierta torpeza por el terreno irregular. Llevaba sandalias de tacón bajo, que no eran las más cómodas para correr. Las imágenes han captado cómo la falda de su vestido se movía al ritmo de sus pasos.
Mary de Dinamarca ha sido atacada por un insecto en su último acto con el rey Federico
Minutos después, se ha producido otro momento llamativo. A las puertas del Ayuntamiento, Mary se ha sacudido la falda.

Según han publicado los medios locales, una avispa la ha picado. Su reacción ha sido rápida. Tras ese instante, ha entrado al edificio, mientras su marido la miraba con preocupación.
Sin duda, todos han mirado a sus pies. Por el calzado, por el inesperado sprint y por ese gesto espontáneo que ha humanizado aún más a la reina.