Una escapada a un rincón azul del Mediterráneo, mucho sol y una compañía que ya es inseparable. Marc Márquez cerró el paréntesis estival con calma exterior y hambre interior, como suelen volver los campeones verdaderos. El calendario dictó regreso inmediato a la acción, pero el piloto llegó con el gesto relajado de quien desconecta bien. Lo que vino después fueron curvas controladas, adelantamientos quirúrgicos y un nuevo capítulo de dominio que asombra al paddock.
Del atardecer balear al podio: así prolongó la racha
Tras su descanso en Menorca, donde su pareja Gemma Pinto proclamó “mi isla favorita”, el campeón reapareció con la misma fiereza competitiva. La estampa vacacional, con calas y puestas de sol, quedó registrada en sus perfiles antes de volver a la pista. En Austria rompió su maleficio del Red Bull Ring y enlazó la sexta victoria dominical, certificando que el parón no cambió nada esencial. Su primer triunfo allí marcó un punto de inflexión emocional y estadístico para el 93.
Una semana más tarde, en Hungría, firmó otro doblete de sprint y carrera, con una lectura milimétrica del neumático medio. Cayó al cuarto lugar tras un toque con Bezzecchi y recuperó el liderato en la vuelta once, secando cualquier intento rival. Su ventaja en el Mundial se disparó por encima de los ciento setenta puntos, con Pedro Acosta y Marco Bezzecchi como perseguidores inmediatos. Ducati lució el rojo implacable en el que el 93 parece más cómodo que nunca, tras su aterrizaje en el equipo oficial.

El trazado húngaro regresó al calendario tras treinta y tres años, y el 93 lo estrenó con autoridad casi insolente. Incluso con un inicio revuelto y la remontada final de Acosta, la carrera quedó encapsulada en su dictado de ritmo. Álex Márquez, su perseguidor en la general, terminó decimocuarto tras una caída temprana que condicionó su guion. El propio Marc celebró recién salido del podio con un mensaje conciso en Instagram: “Hungary was a blast”, subrayando diez triunfos dominicales.
Ducati y las redes tras Balaton Park
Una semana antes ya había presumido de seis victorias seguidas, aviso de que el verano no iba a enfriar la marcha. Desde la cuenta del campeonato se grabó el coro: siete grandes premios consecutivos para un piloto que ha reescrito el guion de la temporada. La propia Ducati se sumó a la ola con otro post celebrando la décima victoria del curso y el séptimo festejo seguido. Por lo que respecta a sus vacaciones, Gemma subió fotos de calas y atardeceres, y remató con un “mi isla favorita”.
El plan fue desconectar en Menorca junto a amistades, y regresar con la mente nítida y el pulso en zona verde. En paralelo, el equipo oficial recordó el propósito común: contrato hasta 2026 y un proyecto que aspira a barrer los registros estadísticos. La alianza deportiva se anunció para vestir de rojo el número 93 y blindar un ciclo de máximo rendimiento. Quedan citas de alto voltaje, pero el margen invita a pensar en récords y celebraciones antes de la gira asiática.