Judit Mascó lleva semanas compartiendo su diario de recuperación con una serenidad que desarma y una constancia que contagia. Hoy suma un mensaje que ilusiona a sus seguidores y marca un punto de inflexión en esa batalla personal. No desvela fechas, pero el mensaje suena a horizonte cercano y a victoria que se palpa.
Del golpe en la pista a la cirugía
La modelo catalana sufrió en julio una rotura del tendón de Aquiles mientras jugaba al tenis, imponiendo una operación inmediata y reposo estricto. Ella misma lo anunció con sobriedad en Instagram, confirmando la intervención y el inicio de un camino largo, lleno de paciencia y disciplina. La noticia corrió con rapidez por medios y programas de entretenimiento, que amplificaron el parte personal y su evacuación desde la pista de tenis.
El accidente ocurrió durante sus vacaciones en el Pirineo, lo que obligó a reorganizar todo el descanso estival y posponer compromisos profesionales. A finales de agosto, ya celebraba pequeños avances y mostraba su bota de rehabilitación. Esta semana, las imágenes con muletas y el gesto relajado indican que la evolución es positiva, aunque el proceso exige prudencia y tiempos médicos.

La frase que desata el optimismo
A sus 55 años, la resiliencia y el humor con el que aborda cada fase hablan también de carácter y oficio. En su última actualización, Mascó resume el momento con sinceridad: “esto va lento, pero va bien”, acompañando el texto con fotos de rehabilitación. Los especialistas sitúan la vuelta a la actividad normal entre cuatro y seis meses, con fisioterapia constante y progresión supervisada por el equipo médico.
Por ahora, su rutina combina descanso, ejercicios pautados y desplazamientos con ayuda, evitando riesgos y celebrando cada paso cuanto toca celebrarlo. La comunicadora mantiene la agenda pública en pausa, aunque sin abandonar su compromiso social como presidenta de la Fundación Ared y voz activa. Los médicos insisten en respetar plazos y cargas, porque acelerar el retorno eleva el riesgo de recaída y prolonga la recuperación.
Señales de “recta final” y lo que queda por delante
El tono, los gestos y el progreso compartido explican la gran alegría de hoy, la sensación de estar entrando en la recta final del calvario. Queda, sin embargo, consolidar la fuerza, afinar la estabilidad y evitar recaídas, etapas críticas que requieren constancia y una supervisión cercana. La propia Mascó recuerda que no hay atajos y que cada avance llega cuando debe, evitando convertir la rehabilitación en una carrera contra el reloj.

Sus seguidores, atentos y cariñosos, han convertido la sección de comentarios en un coro de ánimo, alimentando una recuperación que también se vive en comunidad. Las publicaciones recientes, entre selfies luminosos y planos de la bota, ya transmiten una mezcla de alivio, gratitud y ganas de volver a caminar. Si nada se tuerce, el otoño traerá más normalidad y nuevas fotos sin muletas, culminando una lección pública de paciencia, cuidado y propósito compartido.