El verano trae apetito ligero y antojo de cocina sabrosa que resiste el sol y el trayecto en nevera. Jordi Cruz, estrella mediática de los fogones y jurado televisivo, vuelve a agitar las redes con una propuesta tan sencilla como irresistible.
Del directo en Instagram a una tarta de berenjena
El chef ha puesto el foco en la berenjena, una verdura agradecida, y la convierte en un bocado elegante con espíritu viajero. Su idea nace de un directo que él mismo difundió, donde defendía prepararla con antelación porque gana sabor y textura con reposo. El resultado recuerda a la clásica parmigiana italiana, pero con un giro práctico: una tarta que se sirve fría o templada sin problemas.
La base tradicional combina berenjena, tomate, albahaca, mozzarella y parmesano, sobre la que Cruz aplica su sello personal. El montaje es caprichoso y ordenado, con láminas finas superpuestas, salsa poderosa y queso cremoso acomodado en cada pliegue. Para facilitar el transporte, propone base de hojaldre horneado, que resiste bien y ayuda a cortar raciones limpias sin desmoronarse. Cruz insiste en tomates de buena calidad y en salar la berenjena en agua, paso clave para evitar amargor y exceso de humedad.

El toque aromático lo aporta el za’atar, aunque sugiere orégano si no tienes esta mezcla, manteniendo el carácter mediterráneo del conjunto. Hay además un guiño a Mauro Colagreco, referencia culinaria, que inspira la concepción del plato sin restarle personalidad catalana al chef. En su explicación defendió usar berenjenas blancas, rayadas y negras, aunque insistió en que la frescura manda por encima de la variedad.
Sugirió tomates en conserva de prestigio para la salsa, con guiño a San Marzano, aunque en vídeo optó por Paolo Petrilli sin complejos puristas. La hidratación en agua salada evita oxidación y asegura una fritura limpia, que después se alterna con capas, albahaca y queso rallado. El conjunto se espolvorea con za’atar antes del horneado final, aportando perfume especiado sin ocultar el carácter vegetal y el fondo lácteo.
Qué dijo Jordi Cruz y cómo reaccionó su comunidad
La publicación no pasó desapercibida y los comentarios destacaron dos ideas: apta para playa y más rica al día siguiente. El cocinero remarcó que la receta funciona para un pícnic elegante, una comida familiar o incluso una cena festiva sin pretensiones. Reiteró que el secreto está en la paciencia de la salsa, cocinada despacio, y en cortar las láminas con mandolina para máxima regularidad. También defendió la burrata por su cremosidad, anclando la textura, aunque la mozzarella es un recambio digno para un resultado impecable.
En sus redes recordó que un buen hojaldre hace media receta, y que conviene pintarlo con mantequilla clarificada para un dorado perfecto. Los seguidores aplaudieron la idea de preparar una bandeja el viernes y comerla de excursión el sábado sin perder jugosidad. Comunicadores gastronómicos se sumaron al entusiasmo y subrayaron la utilidad de una elaboración vistosa que admite raciones individuales. El eco llegó también a perfiles especializados, que destacaron el respeto por el producto y la sencillez del proceso, pese al aspecto sofisticado.
Fuentes especializadas recordaron que el chef ya defendió esta tarta el verano pasado, destacando su idoneidad para excursiones y reuniones informales. Este año el eco ha sido mayor, con clips replicados en cuentas de cocina y comentarios celebrando la solución. La propuesta encaja con ese Jordi Cruz didáctico que comparte trucos veraniegos y eleva recetas hogareñas con técnicas muy asequibles.