El pasado fin de semana, el rey Carlos III fue visto caminando con dificultad en su finca de Norfolk, apoyado en su inseparable bastón y con semblante cansado. Las imágenes despertaron la preocupación sobre su salud, sobre todo porque Buckingham continúa guardando silencio sobre la recuperación del monarca sobre el cáncer que padece.
Sin embargo, lo que más interés ha generado no ha sido la fotografía en sí, sino la información que circula en medios británicos sobre los métodos personales que el monarca emplea. ¿Hasta qué punto son ciertos estos testimonios y qué significan para el futuro de la monarquía?

El secreto de Buckingham sobre la lucha del rey Carlos contra el cáncer
Desde que a comienzos de 2024 se hiciera público el diagnóstico de cáncer del rey Carlos, la comunicación oficial del palacio ha sido mínima. Apenas se han compartido comunicados sobre tratamientos médicos, pero nunca detalles de su evolución real. Esa falta de transparencia ha alimentado rumores y especulaciones en la prensa internacional.
No es la primera vez que un miembro de la Familia Real británica atraviesa momentos de enfermedad rodeados de discreción. La reina Isabel II, por ejemplo, mantuvo en secreto muchos aspectos de sus dolencias hasta sus últimos días en 2022. En el caso de Carlos III, la diferencia es que se trata de un monarca activo y, por tanto, cualquier signo de fragilidad se percibe con gran inquietud.
La residencia de Sandringham, adquirida por la familia real en 1862, ha sido el refugio elegido por Carlos en estos meses. Allí, rodeado de jardines históricos y de la reina Camila, intenta sobrellevar los efectos del tratamiento. Pero ahora, un medio estadounidense ha dado un giro inesperado a la percepción de su recuperación.
Lo que Buckingham mantenía en reserva salió a la luz gracias a un reportaje de Radar Online, que citó fuentes cercanas al monarca. Según estas voces, Carlos estaría recurriendo a métodos poco convencionales para sobrellevar el dolor y el agotamiento derivados de su enfermedad.

"Hago todo lo que puedo", fueron las palabras entrecortadas del rey Carlos hace unos días durante un paseo en Norfolk. Lo dijo mientras se apoyaba con firmeza en su bastón, un gesto que ha pasado de ser protocolo a necesidad. Según el medio citado, esa frase resume la determinación de un soberano que estaría intentando resistir a pesar de sentirse frágil.
Las fuentes consultadas aseguraron que el monarca "lidiaba una batalla perdida" contra el cáncer. Una de ellas fue aún más dura: "Carlos tiene 76 años y ahora está muy frágil. Sabe que se acerca el fin", aseguran al medio británico.
Este testimonio ha puesto en el centro del debate no solo el estado de salud del Carlos III, sino también el modo en que la Casa Real gestiona la información. En las últimas fotografías difundidas por el Palacio, tomadas en el Jardín Topiario de Sandringham, el monarca aparece sereno y rodeado de naturaleza. Sin embargo, estas imágenes contrastan con las descripciones de su entorno privado.
Los remedios naturales que utiliza el rey Carlos para sobrellevar el cáncer
El bastón ha estado presente en la vida pública de Carlos desde hace años. En ocasiones como el Royal Windsor Horse Show o el Chelsea Flower Show lo utilizó como un accesorio protocolario. Hoy, sin embargo, ese objeto tiene otro significado: es una herramienta imprescindible para caminar con dignidad pese al debilitamiento físico.
Además, según Radar Online, el whisky se ha convertido en un aliado inesperado. No se trata de un capricho festivo, sino de una forma de adormecer las molestias. Una fuente aseguró que en los últimos meses el consumo de alcohol habría aumentado como consecuencia directa del dolor.
"Ahora se arrastra con un bastón y le da a la botella, en particular al whisky, para adormecer el dolor y la desesperación que siente. Es un final triste para él, pero como no deja de repetirle a todo el mundo, está haciendo todo lo posible por mantener la compostura", asegura una fuente al medio.

Otro de los aspectos más sorprendentes revelados es la supuesta relación de Carlos con el cannabis. El medio estadounidense aseguró que estaría cultivando discretamente esta planta en Sandringham, con el objetivo de aprovechar sus propiedades medicinales.
"Carlos siempre ha tenido una mentalidad abierta a los remedios naturales. Está cuidando una pequeña cosecha de cannabis, con la esperanza de que sus propiedades medicinales alivien su dolor sin causar escándalo", indicó una fuente consultada.
El silencio de Buckingham contrasta con las revelaciones sobre los hábitos personales del rey Carlos en su lucha contra el cáncer. Entre el bastón, el whisky y el cannabis, la figura del monarca refleja tanto fragilidad como resistencia. Lo que queda por ver es si esta etapa marcará un cambio en la comunicación de la Buckingham o si el misterio seguirá envolviendo la recuperación del monarca.