Meghan Markle lanzó un susurro durante su última aparición en “Aspire with Emma Grede”, y no fue una frase al azar. Con una voz calmada, pero rotunda, recordó que “una mentira no puede vivir para siempre”, retomando una cita de Serena Williams. La declaración no mencionó nombres, pero muchos interpretan esa mirada como una indirecta dirigida a Kate Middleton y al control estricto del Palacio sobre las narrativas familiares.
Una afirmación cargada de significado
En el episodio que se emitió el 17 de junio de 2025, Meghan relató cómo decidió compartir espontáneamente un vídeo privado de ella bailando antes del nacimiento de Lilibet Diana. Lo hizo, dijo, para “ser auténtica” y porque hoy tiene la libertad de compartir cuando y cómo quiere. La expresión “una mentira no puede vivir para siempre” se relaciona con una “mentira” que lleva ocho años circulando, justo desde que inició su romance con Harry.
Aunque no mencionó directamente a Kate, medios como Daily Mail y The Telegraph lo interpretaron como un reto. Subrayaron que, mientras Meghan recupera el control de su imagen, Kate mantiene una narrativa más controlada, propia de la monarquía.

Reacciones de Windsor
La Casa de Windsor, como es habitual, no ha emitido una respuesta pública. Se han limitado a continuar con su agenda institucional, tras la reciente recuperación de salud de Kate y la ausencia de Meghan y Harry durante el Trooping the Colour.
En redes sociales, el vídeo del “baby momma dance” —grabado durante el preparto de Lilibet— desencadenó muestras de apoyo y críticas. Para algunos, ese baile es un acto de reivindicación personal; para otros, es una estrategia publicitaria que choca con la cautela que promovía antes.
La tensión que no desaparece
Desde la entrevista con Oprah (marzo de 2021), Meghan ha señalado lo que considera una narrativa distorsionada por el entorno real. Hace pocas semanas, también compartió un vídeo familiar por el Día del Padre que mostraba a sus hijos Archie y Lilibet sin censura, rompiendo su anterior postura de privacidad estricta.

En segundo plano, reaviva la tensión con Kate, quien ha sido analizada por su estilo tranquilo y reservado —en contraste con la visibilidad creciente de Meghan— y cuyas apariciones públicas recientes han sido vistas como una reafirmación de su rol sólido dentro de la Corona.
Implicaciones en su relación
Este episodio marca una nueva vuelta de tuerca en la trayectoria de Meghan. Ella defiende la autenticidad y el derecho a narrarse en sus propios términos. La Corona, en cambio, persigue la coherencia y el control. Esa tensión ya se reflejó en hechos pasados como el incidente de los vestidos de dama, que en 2018 desató lágrimas y malentendidos entre Meghan y Kate. Tomados hoy, pueden leerse como sucesos emblemáticos de choques personales y mediáticos.
Una historia que sigue escribiéndose
Mientras la prensa del corazón desmenuza cada giro, esta última intervención de Meghan es más que una frase. Significa un símbolo de su independencia y una advertencia de que no retrocederá ante presiones externas.