En un momento en que la monarquía británica navega aguas de incertidumbre, con las miradas puestas en la salud del Rey Carlos III y la Princesa de Gales, el Palacio de Kensington ha movido ficha. Lejos de ser un simple gesto protocolario, el último anuncio supone un punto de inflexión en la preparación del Príncipe Guillermo para su futuro como monarca.
Se trata de una nueva responsabilidad que no solo amplía su poder, sino que redefine su rol y el de su esposa, Kate Middleton, de una manera que no se veía en más de un siglo.
Los vientos de cambio soplan con fuerza en palacio, y cada paso del heredero es analizado con lupa. Mientras la Corona se adapta a una nueva era, Guillermo ha demostrado estar a la altura, asumiendo una carga institucional cada vez mayor. Sin embargo, la última decisión de su padre le otorga una herramienta de influencia directa y tangible sobre uno de los pilares del país: su comercio.

Una dedicación que ha sido puesta en duda por su tía, la Princesa Ana. La hermana de Carlos III tiene una intensa actividad institucional y considera que su sobrino Guillermo debería arrimar el hombro en un momento tan delicado.
Un nuevo poder que une a Guillermo con el comercio británico
El Palacio de Kensington ha confirmado que, en un plazo de seis meses, el Príncipe Guillermo obtendrá una facultad hasta ahora reservada a un círculo muy selecto de la Familia Real. A partir de 2026, el heredero al trono tendrá la capacidad de otorgar la Orden Real (Royal Warrant), una distinción de enorme prestigio que permite a las empresas utilizar el escudo real en sus productos como sello de calidad y confianza.
Este privilegio, concedido por el propio Rey Carlos III, es mucho más que un simple título honorífico. Representa un espaldarazo estratégico que fortalecerá los vínculos del futuro rey con sectores clave de la economía británica. Hasta ahora, esta tradición centenaria estaba celosamente custodiada por el monarca reinante y otros pocos miembros de la realeza. Con este movimiento, Carlos III no solo acelera la preparación de su hijo, sino que le confiere una influencia económica directa.

Para que una empresa pueda optar a este reconocimiento, debe haber suministrado bienes o servicios a la Casa Real durante un mínimo de cinco años consecutivos. Obtenerlo es un símbolo de excelencia, sostenibilidad e innovación que impulsa la reputación de marcas emblemáticas. Firmas de lujo como Alexander McQueen, la sastrería Catherine Walker o fabricantes de accesorios como Mulberry podrían ver su prestigio reforzado por la decisión directa del Príncipe de Gales.
Kate Middleton, la primera Princesa de Gales en más de un siglo con este privilegio
Si el anuncio sobre el poder de Guillermo ya era significativo, la inclusión de Kate Middleton en este nuevo rol ha supuesto una auténtica sorpresa histórica. El comunicado oficial no deja lugar a dudas: la Princesa de Gales compartirá esta responsabilidad con su marido, equiparando su peso institucional en una decisión sin precedentes en la historia moderna de la monarquía.
Kate se convertirá en la primera Princesa de Gales en emitir estas credenciales reales en más de 115 años. La última en ostentar este poder fue la princesa María de Teck, antes de que su esposo ascendiera al trono como Jorge V en 1910. La bisabuela de Carlos III es una reina muy recordada en el imaginario colectivo británico.

Este gesto eleva a Kate de su papel de consorte a una socia activa en las responsabilidades del heredero, consolidando la imagen de los Gales como un tándem de poder inseparable y perfectamente coordinado.
Desde Kensington Palace se ha transmitido que tanto el príncipe como la princesa están "encantados" con esta nueva faceta de su vida institucional. Les permitirá actuar como embajadores del talento nacional, una tarea que ambos han abrazado con entusiasmo en sus compromisos públicos. La decisión también refleja la confianza del Rey en la visión de la pareja para modernizar la Corona.
Muchas empresas de prestigio incluidas en la Orden
Este cambio no es menor. Con alrededor de 800 empresas que actualmente poseen una Orden Real, desde productores de alimentos hasta artesanos tradicionales, la influencia de los Príncipes de Gales se extenderá por todo el tejido productivo del país. A principios de 2026 se abrirán las nuevas solicitudes bajo su sello, un momento que sin duda marcará un antes y un después.