El príncipe Guillermo y Kate Middleton han vuelto a sacudir el tablero de la monarquía británica con una decisión que transformará su día a día. Aunque la pareja lleva años apostando por una vida discreta en Windsor, lo cierto es que algo ha cambiado en sus prioridades familiares. Ya no pueden esconder que hay un movimiento importante en marcha.
Los últimos acontecimientos personales y el peso de sus nuevas responsabilidades han reactivado una conversación que creían cerrada. En un entorno cada vez más exigente, Guillermo y Kate se enfrentan ahora a una nueva etapa. ¿Qué ha ocurrido realmente para que Inglaterra esté tan pendiente de su próximo paso?

El príncipe Guillermo y Kate Middleton planean marcharse de Adelaide Cottage
La decisión que impacta a Inglaterra tiene que ver con una posible mudanza que Guillermo y Kate están considerando seriamente. Según ha desvelado el Daily Mail, la pareja contempla dejar atrás Adelaide Cottage, su actual residencia familiar, para trasladarse a un lugar más espacioso y acorde a sus nuevas necesidades.
Adelaide Cottage fue en su día una solución ideal: una casa discreta dentro de Windsor Great Park, con acceso a la naturaleza y a pocos minutos del colegio de sus hijos. Pero tras tres años viviendo allí, la familia parece haber alcanzado un punto de inflexión. Ya no les basta con ese refugio modesto "para los estándares reales", como ellos mismos lo describen, y estarían planificando un cambio importante.

La razón no es únicamente una cuestión de espacio, sino también de comodidad y logística. Desde que ascendieron al título de príncipes de Gales, sus obligaciones han aumentado y también el número de personas que trabajan con ellos. Necesitan una residencia que esté a la altura de esa nueva realidad, y todas las miradas apuntan hacia un lugar histórico: el Fort Belvedere.
Fort Belvedere, la nueva opción de residencia con historia y comodidades
Fort Belvedere es una residencia cargada de simbolismo, ubicada también en Windsor Great Park, pero con mayores dimensiones y prestaciones que Adelaide Cottage. Fue en esta edificación del siglo XVIII donde el rey Eduardo VIII firmó en 1936 su abdicación para casarse con Wallis Simpson, lo que le otorga un valor histórico singular.
Más allá de su historia, el lugar ofrece características que resultan muy atractivas para Guillermo y Kate. Dispone de piscina al aire libre, una pista de tenis, un invernadero, un extenso jardín de rosas y un huerto.
Estas instalaciones no solo mejorarían su calidad de vida, sino que se adaptarían mejor al estilo educativo y familiar que han adoptado para sus hijos. La posibilidad de combinar naturaleza, privacidad y comodidad ha hecho que esta propiedad se sitúe como la opción más sólida para su futuro inmediato.

Aunque aún no hay comunicado oficial, todo indica que la decisión está tomada y que la mudanza podría ser inminente. La elección del Fort Belvedere no es aleatoria: responde a una necesidad real de espacio y proyección institucional.
La casa, que había estado en desuso durante años, ha sido reacondicionada para acoger a una familia de alto perfil. Y, según fuentes británicas, ya habría movimiento de personal y preparativos discretos para una transición suave y ordenada.
Un cambio de residencia que refleja su nueva posición en la monarquía
Cuando se instalaron en Adelaide Cottage, todavía eran duques de Cambridge. El fallecimiento de Isabel II y el ascenso de Carlos III reconfiguró el mapa institucional, elevando su papel a príncipes de Gales. Con este nuevo estatus, también llegó una mayor visibilidad y responsabilidades.
Este cambio han obligado a replantear su dinámica familiar y logística, ya que, ya no pueden permitirse la misma discreción que antes. Ahora deben compaginar su deseo de privacidad con la creciente demanda pública de su figura. Un nuevo hogar más grande, cómodo y funcional parece ser la respuesta lógica.

Además, el traslado permitiría centralizar mejor sus funciones institucionales, con espacio para albergar reuniones privadas, equipos de comunicación y tareas administrativas sin comprometer la intimidad del núcleo familiar.
La posible mudanza del príncipe Guillermo y su familia confirma que los cambios en la monarquía británica también se viven en el ámbito privado. Inglaterra observa con atención cómo evolucionan los pasos de su heredero, consciente del simbolismo que encierran sus decisiones. ¿Será este nuevo hogar el escenario de una etapa más estable y prometedora para los príncipes de Gales?