Un golpe de sinceridad llega esta semana: Iñaki Urdangarin rompe su silencio tras años, confesando que “se le ha escapado el tiempo” y presentando su nueva vida y proyecto profesional. Desde su entrevista con La Vanguardia el 8 de junio de 2025, ha sembrado debate en la prensa rosa, toda sin caer en la espectacularidad fácil.
¿Qué ha pasado?
Fue el pasado 8 de junio cuando Urdangarin rompió su silencio en este periódico. Lo hizo tras cumplir una condena de cinco años y diez meses por el caso Nóos. Ha apostado por una vida discreta en Vitoria, lejos de Sevilla y Barcelona, donde se crio, y de los focos mediáticos. Ahí, renovado, presenta Bevolutive, su empresa de coaching deportivo y personal, concebida durante su estancia en prisión, tras especializarse en psicología y coaching.
La entrevista revela una cotidianidad alejada del antiguo protagonismo: madrugar, entrenar, estudiar, trabajar y pasar tiempo junto a su pareja, la abogada Ainhoa Armentia, su nuevo pilar personal. Describe esta etapa como “muy rutinaria” y “ordenada”, recuperando la sencillez como eje central de su día a día.

Reacciones a sus palabras
Su ambición con Bevolutive se profundiza: una marca registrada en marzo de 2025, creada para asesorar deportistas, empresas e individuos con una propuesta «humana y adaptada» a cada necesidad. Urdangarin recalca que este emprendimiento nace del aprendizaje personal y no de una estrategia mediática.
Por otro lado, sobre su papel como padre, asegura que es “muy pesado con mi hijo” Pablo, actual jugador de balonmano en Granollers, pero subraya que esta rigurosidad busca inculcar valores como la humildad, la actitud combativa y una buena gestión de victorias y derrotas – lecciones que, insiste, le han servido a lo largo de su paso por distintas etapas de vida. Ahora más que nunca, su discurso es una declaración de principios parentales.
La relación con Ainhoa Armentia, excompañera en el bufete de Vitoria, aparece como un cuento de segunda oportunidad: agradece su papel, comparte las tareas domésticas y describe su vida con ella como una compañía sencilla y auténtica.

3 años y medio desde la ruptura oficial
Su ruptura con la Infanta Cristina fue confirmada públicamente en enero de 2022, haciendo hincapié en un divorcio “consensuado” y un compromiso continuo hacia sus hijos. No obstante, no fue hasta diciembre de 2023 cuando se formalizó el divorcio ante notario en Barcelona. A partir de ese momento, Urdangarin se instaló en Vitoria bajo régimen de tercer grado, donde trabajó en un bufete, conoció a Armentia y reforzó los lazos con su círculo más íntimo.
En mayo de 2025, un reencuentro entre los exesposos en Barcelona durante la renovación de Pablo generó cierto revuelo: ambos coincidieron en la casa del hijo, pero sin la presencia de Ainhoa. Expertos como Martín Bianchi han interpretado esta interacción como una señal de normalización en la relación tras años de distanciamiento.
Una entrevista que no es casualidad
Urdangarin recurre a esta entrevista para redefinirse: ya no hay lugar para confrontaciones con la Corona ni titulares explosivos, sino una narrativa centrada en la reconstrucción, en el aprendizaje a través del adverso. La narración ofrece un nuevo perfil público: un hombre que ha querido aprovechar su tiempo y convertir su pasado en un valor más allá del circo mediático.
El hecho de elegir La Vanguardia, en lugar de un medio sensacionalista, contribuye a reforzar ese tono reflexivo y serio. Es una declaración en la que el yo, la experiencia vivida, ocupa el centro, mientras que el espectáculo queda relegado.
Con Bevolutive, la gran incógnita es si su oferta formativa convencerá o quedará como una prolongación simbólica de su experiencia personal. También habrá que observar si la familia real valora este reencuentro público con una figura tan mediática, aunque retomada desde la honestidad.