En el mundo de la televisión y la prensa rosa, pocas figuras resultan tan reconocibles como Jordi González. Años de experiencia delante de las cámaras le han convertido en un referente, pero también en alguien capaz de mantener su vida personal en un segundo plano. Por eso, cuando el presentador ha decidido romper su silencio sobre el capítulo más difícil de su vida, la noticia ha sacudido a todo el sector. Y es que, aunque acostumbrado a entrevistas y platós, esta vez ha sido él quien se ha puesto en el centro de la noticia, dejando al descubierto su lado más humano tras una experiencia límite.
El presentador, conocido por su labor en 'D Corazón' y su carácter templado, optó por contar su historia en la televisión pública catalana. Rechazó otras propuestas más suculentas en favor de una charla honesta con Ricard Ustrell en su programa Col·lapse, donde finalmente compartió el calvario que vivió durante sus vacaciones en Medellín. A partir de ese momento, lo que parecía un simple viaje de descanso se transformó en una lucha por la supervivencia, marcada por el miedo, la incertidumbre y el recuerdo de quienes le acompañaron desde la distancia.
Lo ocurrido
Todo comenzó de forma inesperada, como suele suceder en los episodios más difíciles de la vida. Jordi González, que había elegido Medellín como refugio habitual, se encontró de repente con problemas respiratorios tras salir de su apartamento. La situación se agravó en cuestión de horas: una simple sensación de fatiga se transformó en un ahogo extremo que lo obligó a buscar ayuda médica de inmediato.

Lo que siguió fue una cadena de acontecimientos que ni él mismo ha podido reconstruir por completo. Según relató, un médico acudió rápidamente a su domicilio y, tras comprobar que el oxígeno no llegaba bien a su organismo, decidió ingresarlo de urgencia. A partir de ahí, sus recuerdos se desvanecen. González pasó varias semanas en coma inducido y dos meses ingresado en una unidad de cuidados intensivos. La gravedad del caso fue tal que el personal sanitario tuvo que realizarle una traqueotomía, y el temor a perder la voz —herramienta clave de su carrera— se convirtió en uno de sus mayores miedos.
Durante ese tiempo, el presentador no fue consciente de lo que ocurría a su alrededor. Explicó que su cerebro recibía tan poco oxígeno que apenas podía registrar recuerdos; su cuerpo, mientras tanto, solo luchaba por mantenerse vivo. Solo después de mucho tiempo, y gracias a la insistencia de los médicos en buscar el antibiótico adecuado, comenzó a despertar, aunque el proceso de recuperación fue lento y lleno de incertidumbre.
Declaraciones oficiales y reacciones
En la entrevista concedida a la televisión pública catalana, González desveló por primera vez la magnitud de lo ocurrido. Admitió que ha preferido no conocer muchos detalles para evitar revivir ese episodio en sueños, y reconoció que su familia apenas estuvo informada durante el proceso. De hecho, algunos de sus allegados se enteraron de la gravedad de su situación al ver el programa, un hecho que ha generado gran impacto en su círculo más íntimo.
González, siempre analítico, no perdió la oportunidad de reflexionar sobre las secuelas de su experiencia. Recordó cómo los años de tabaquismo dejaron una huella en su organismo, a pesar de haber dejado de fumar dos décadas atrás. Los médicos encontraron restos en sus pulmones, una “especie de esponja seca” que atribuyó a ese pasado, y que se convirtió en un inquietante recordatorio de cómo los hábitos del pasado pueden marcar la salud incluso muchos años después.