En la cima de un encantador declive en Dartmoor, una casa con pasado real ha reaparecido en el mercado y podría convertirse en tu próxima propiedad de ensueño. Aunque la identidad del futuro comprador aún es un misterio, lo seguro es que la historia detrás de esta finca suscita interés inmediato. Hay un matiz fascinante: pese a haberla vendido hace tres décadas, el monarca conserva derechos especiales sobre ella.
Este es el legado de Brimptsmead Estate
La finca Brimptsmead fue diseñada como pabellón de caza dentro de un paisaje eduardiano, concluyéndose en 1906. Durante décadas estuvo bajo el yugo del Ducado de Cornualles y fue propiedad del rey Carlos III, entonces príncipe de Gales, hasta su venta en 1993. Aun así, se reservó el derecho a visitar y pescar en orillas del río Dart, siempre avisando con al menos 24 horas de antelación.
Ubicada en más de nueve acres de naturaleza protegida, la casa principal ocupa unos 560 m². Ofrece seis dormitorios, cinco baños y numerosas estancias diseñadas para el confort y la elegancia original Country.

Renovaciones que respetan su esencia y detalle artesano
Los actuales propietarios, desde los años 90, emprendieron una restauración exhaustiva. Reemplazaron el techo con 26 000 tejas de barro. Colocaron 120 ventanas emplomadas hechas a medida y restauraron paneles de roble originales junto con radiadores de hierro fundido y calefacción por suelo radiante Country.
Interiormente, destacan salas como una biblioteca/recepción, un salón con chimenea en piedra rosa de Dartmoor, una elegante sala de dibujo y otra reconvertida en salón social con vidriado y chimenea. La cocina destaca por su isla central de granito y una cocina AGA de cinco hornos, rodeada de una atmósfera tradicional contemporánea.
Cabañas, granero festivo y entorno ecológico
Además de la residencia principal, la finca incluye dos cabañas independientes llamadas Bentley y Herb. Ambas cuentan con cocinas, salas de estar y dormitorios con baños en suite, ideales para invitados o personal doméstico.

También destaca un granero de granito reconvertido en salón de celebraciones con balcón panorámico. El espacio de garaje puede albergar seis vehículos, complementado por almacenes y dependencias de servicio.
Los jardines, praderas de flores silvestres y bosques antiguos conforman un paisaje natural protegido. La finca disfruta de acceso directo al río Dart, con exclusividad en un tramo privado para la pesca. Además, carece de senderos públicos, lo que garantiza máxima privacidad.
Reacciones oficiales y perspectivas de mercado
La inmobiliaria By Design valora esta oportunidad como “excepcional”, tanto por su legado histórico como por su enclave geográfico privilegiado. Subrayan que no es común encontrar propiedades de propiedad plena (“freehold”) en zonas tan protegidas como Dartmoor.

Según los documentos registrales, aunque Carlos III aún puede presentarse para pescar, nunca ha ejercido ese derecho desde que vendió la propiedad. Un detalle que añade un aire de anécdota real sin interferir en la privacidad del nuevo inquilino.

Seguro que te encanta
Lógicamente, a todo el mundo le gustaría vivir en una casa así. Es por eso, que te vamos a hacer la siguiente pregunta. ¿Te imaginas despertarte cada mañana frente a vistas infinitas de los páramos de Dartmoor?