La periodista Pilar Rahola vivió un momento profundamente emotivo durante la reciente entrevista al tenor Josep Carreras. Sus palabras, cargadas de amor por Catalunya, hicieron que Rahola no pudiera contener la emoción. El artista habló de música, vida y raíces, transmitiendo una sensibilidad que caló hondo en todos los presentes.
El programa repasó la trayectoria de Carreras, desde sus inicios en el barrio de Sants hasta los grandes teatros del mundo. Pero más allá de la ópera, el tenor dejó claro que su identidad catalana siempre ha sido parte esencial de su vida.
Un artista con una historia de superación única
Carreras recordó cómo, a los once años, debutó en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Con apenas 24 ya cantaba junto a Montserrat Caballé, convirtiéndose en un referente internacional de la lírica. Su voz le abrió las puertas de escenarios como la Ópera de Viena o el Metropolitan de Nueva York.

En 1987, su carrera se detuvo de golpe tras ser diagnosticado con leucemia. La lucha fue dura, con un pronóstico que le daba apenas un diez por ciento de posibilidades de sobrevivir. Sin embargo, su disciplina y el apoyo de su entorno le permitieron vencer la enfermedad.
El vínculo con Catalunya, siempre presente
Rahola destacó cómo, incluso en los momentos más difíciles, Carreras mantuvo viva su conexión con Catalunya. Él mismo confesó que la bandera catalana lo ha acompañado en todos sus conciertos internacionales. Para él, no es solo un símbolo, sino un recordatorio de sus raíces y su cultura.

El tenor explicó que cada vez que interpreta en el extranjero siente la responsabilidad de representar a su tierra. Esa fidelidad a su identidad ha sido una constante a lo largo de su vida artística y personal.
El poder de la música y la identidad
Carreras habló de la ópera como una forma de transmitir emociones universales, pero siempre con un acento propio. Según él, un artista no puede desligarse de sus orígenes porque estos alimentan su manera de interpretar. Para Rahola, escuchar estas palabras en un momento político delicado fue especialmente significativo.
La periodista no dudó en señalar que Carreras encarna una Catalunya abierta, culta y orgullosa de sí misma. Su ejemplo, dijo, demuestra que es posible triunfar en el mundo sin renunciar a las propias convicciones.
Josep Carreras: "siempre llevo la bandera catalana en el bolsillo cuando subo al escenario"
Un legado que trasciende lo artístico
Más allá de la música, Carreras ha dejado una huella importante con su fundación contra la leucemia. Este proyecto, nacido de su experiencia personal, ha financiado investigación y apoyo a miles de pacientes. En la entrevista, subrayó que la lucha contra la enfermedad es otra forma de devolver a la sociedad lo que ha recibido.
Rahola valoró este compromiso como una muestra de que el talento va acompañado de una gran generosidad. Para ella, la historia de Carreras combina esfuerzo, arte y un amor incondicional por las personas y por su tierra.
Una ovación que no se olvida
En el diálogo, Carreras recordó una actuación en Barcelona tras su recuperación que se convirtió en un momento inolvidable. El público, de pie, le dedicó más de una hora de aplausos. Ese día, aseguró, sintió que Catalunya entera estaba con él, acompañándolo en su regreso.
Rahola confesó que esa imagen es una de las más poderosas que recuerda en la historia reciente del país. La fuerza de la música, unida a la identidad colectiva, creó un instante irrepetible que todavía emociona.
La emoción final
Al terminar la entrevista, Carreras reafirmó que su carrera ha sido guiada por dos principios: rigor y amor. Rigor para mantener la excelencia artística y amor por su tierra, su familia y su público. Pilar Rahola, visiblemente conmovida, aseguró que escuchar a un artista de su talla hablar así de Catalunya es un regalo.
Antes de despedirse, Josep Carreras mostró, como en cada concierto, su inseparable bandera catalana, símbolo de una vida entera de compromiso con su país.