Mujer con suéter rojo hablando en un programa de televisión con un recuadro que muestra a otra mujer en la esquina inferior derecha.

La fiesta de cumpleaños de Helena Garcia Melero: Con Pilar Rahola y un invitado bomba

No diríais nunca la edad que tiene

Sin lugar a dudas, Helena Garcia Melero es una de las periodistas estrella de TV3. Es una de las caras conocidas de la Televisió de Catalunya y, podríamos afirmar sin equivocarnos, más queridas. Melero está en antena desde los inicios. Y es un todoterreno. Ha pasado por los informativos al lado de Carles Francino, pero también ha liderado programas de entretenimiento y de actualidad informativa como 'Els Matins' o el actual 'Tot es Mou'. 

En otro registro, Pilar Rahola, es otra cara conocida en TV3, aunque sus apariciones se han visto reducidas en los últimos años por motivos que todo el mundo conoce y que no hace falta explicar en una noticia de entretenimiento. Rahola mantiene una excelente amistad con Helena Garcia Melero. De hecho, la exdiputada y escritora participaba a menudo como tertuliana en el programa de Melero y también comparten días de verano en Cadaqués

Una mujer de pie con los brazos cruzados frente a un edificio con plantas verdes al fondo.
Pilar Rahola en Girona | ACN

Helena Garcia Melero no envejece

Tiene 57 años y está espectacular. Todos los que se atreven a aparecer en una foto a su lado, salen perdiendo. Alta, estilo y ojazos. Pilar Rahola ha publicado una imagen en su cuenta de Instagram en la que aparecen cuatro amigas muy unidas.  Era una noche de verano. Si la foto corresponde a su cumpleaños, las cuentas no fallan: 19 de septiembre. 

Pilar Rahola, la abogada Montserrat Pinyol, la promotora musical Gemma Recoder y Helena Garcia Melero. Montserrat Pinyol es la mujer de Fede Sardà y, por tanto, una de las personas más influyentes del mundo de la música en Catalunya. Con la retirada de su marido, ahora es la directora de Luz de Gas, la prestigiosa sala de fiestas en la calle Muntaner de Barcelona. 

El que probablemente estaría, al menos indirectamente, es el actor Bruno Oro, que es otro habitual de Cadaqués. De hecho, el artista se ha pronunciado a favor de mantener el bar Boia, igual que todos los presentes en la foto y todos los asiduos de Cadaqués. 

Montaje con una imagen de Josep Cuní en el programa
Josep Cuní y Pilar Rahola | 3Cat, XCatalunya

Cierra el Bar Boia... para siempre, ¿o no?

El pasado mes de enero cerró sus puertas el legendario Bar Boia de Cadaqués, un establecimiento con cerca de ocho décadas de historia que marcó la vida social y cultural del municipio y de toda la Costa Brava. La medida responde al cumplimiento estricto de la Ley de Costas  y la denegación de la prórroga de la concesión en la que operaba el local, situado en la Platja Gran. El desenlace deja a 26 trabajadores sin empleo y a toda una comunidad afectada por la pérdida de uno de sus grandes referentes.

El Boia, inaugurado a mediados del siglo pasado y convertido con los años en un símbolo de Cadaqués, estaba en manos de la familia Vehí. Pere Vehí, figura muy querida y respetada en el pueblo, supo transmitir su pasión por la gastronomía y la historia a su hijo, Manel Vehí, responsable de preparar algunos de los cócteles más premiados de la Costa Brava.

“Ha sido un mazazo emocional para todos, pero sobre todo para Manel y para la gente que trabajaba con nosotros”, lamenta Pere Vehí.  Aunque reconoce que el momento es duro, prefiere no dejarse llevar por la tristeza: “Como decimos en Cadaqués, pleguem veles —replegamos velas— y esperamos que el futuro traiga nuevas oportunidades”.

La fama del Boia trascendía el entorno más cercano. Por sus mesas y terraza, con vistas únicas al Mediterráneo, pasaron personajes de la talla de Salvador Dalí, Josep Vicenç Foix, Josep Pla, Ronnie Wood (miembro de los Rolling Stones) y el artista Richard Hamilton, entre otras figuras. Su atractivo no solo residía en la localización privilegiada, sino también en la genuina hospitalidad de la familia Vehí, que, según recuerdan los vecinos, se hizo aún más evidente durante la pandemia.