El príncipe George, el hijo mayor de los duques de Cambridge, ha vivido un cambio importante tras la muerte de la reina Isabel II. A sus 12 años, el joven heredero ha comenzado a experimentar una transformación que pocos esperaban. Sin embargo, lo que realmente hizo justo después del fallecimiento de su bisabuela se ha mantenido en secreto hasta ahora.
Solo con el paso del tiempo se ha conocido cómo George ha empezado a tomar conciencia de la importancia de su legado y de lo que implica ser futuro rey. Durante sus primeros años, su vida estuvo alejada de las responsabilidades reales, pero la partida de Isabel II marcó un punto de inflexión. Fue en ese momento cuando el joven comenzó a comprender el peso de la corona que algún día deberá llevar.

La historiadora real Marlene Koenig ha señalado que la muerte de Isabel II provocó un cambio radical en la vida de George. Con 9 años, el príncipe comenzó a participar en actos oficiales y a prepararse, junto a su padre, Guillermo, para su futuro como monarca. Esta transición ha sido cuidadosamente guiada para que el niño asuma su rol sin perder su niñez.
El príncipe George frente a sus primeros pasos hacia el legado familiar
Uno de los momentos más destacados para George fue su participación como paje en la coronación de su abuelo, el rey Carlos III. Esta experiencia le brindó una visión real y cercana de lo que le espera, además de confirmar su destino como futuro rey, tal como ha declarado Koenig a Us Weekly. La ceremonia sirvió para que el príncipe entendiera, de manera concreta, la magnitud de su responsabilidad.
El biógrafo real Robert Jobson también ha resaltado que la preparación de George ha sido gradual para no sobrecargarlo emocionalmente. Interpretar ese papel en la coronación le transmitió una sensación real de grandeza y de lo que implica su futuro. Según Jobson, fue un momento clave para que el niño interiorizara su destino sin miedo ni presión.
Tras Isabel II, el príncipe George comienza a asumir su destino real
Desde entonces, George ha aumentado su presencia en eventos públicos junto a sus padres, recibiendo poco a poco las lecciones necesarias para convertirse en monarca. A pesar de todo, sigue siendo un niño apasionado por el deporte y la escuela, aunque ahora vive con una mayor conciencia sobre el legado que deberá continuar.

Así, la muerte de Isabel II no solo marcó el fin de una era, sino también el inicio del camino del príncipe George dentro de la monarquía británica. La revelación de lo que hizo justo después de esa pérdida muestra claramente cómo ha comenzado a asumir su destino con una madurez sorprendente para su corta edad.