La vida de la familia real española ha atravesado numerosas reconfiguraciones en los últimos años. Entre la abdicación de Juan Carlos I, su exilio en Abu Dabi y el ascenso al trono de Felipe VI, la dinámica interna del clan Borbón se ha visto sujeta a tensiones y debates domésticos que pocas veces trascendieron a la opinión pública con tanto detalle. Aun así, uno de los asuntos que más despierta el interés de los observadores es la relación entre el rey emérito y sus hijos, en particular con Felipe VI.
Es en este contexto donde la infanta Elena vuelve a cobrar protagonismo, y ahora se añade un nuevo nombre a la ecuación: Cristina de Borbón, la hija mediana de Juan Carlos y Sofía, que, según fuentes cercanas, habría solicitado de forma clara la intervención de su madre para mejorar la situación de su padre.
Un padre exiliado y un trato lejano
Desde 2020, Juan Carlos I vive en los Emiratos Árabes, país que le garantiza, a sus 87 años, un retiro lejos de la presión mediática española y, al mismo tiempo, una serie de beneficios económicos y fiscales. Si bien el exmonarca no se encuentra del todo cómodo —como lo refieren sus hijos—, la residencia en Abu Dabi le evita un seguimiento constante de la prensa española por los escándalos financieros y personales que empañaron su reinado durante sus últimos años.
El rey Felipe VI se ha mostrado reacio a facilitar el retorno de Juan Carlos a España, especialmente para no perjudicar la imagen de la Corona en un momento en que la institución mantiene un delicado equilibrio ante la opinión pública.
La posición de Felipe, explican diversas fuentes, se fundamenta en un deseo de proteger la monarquía de críticas y titulares que pondrían en riesgo su estabilidad. Sin embargo, la familia no permanece indiferente a la añoranza del padre: los hijos del emérito sostienen que él sufre su forzado exilio y anhela pasar sus últimos años en su tierra natal.
Elena, la más unida a Juan Carlos, pide ayuda a la Reina Sofía
La infanta Elena se erige como la figura que mayores lazos mantiene con el emérito. Ella viaja con frecuencia a Abu Dabi —más de 60 ocasiones en cuatro años—, dándole compañía y actualizándolo sobre lo que ocurre en la península. También lo sigue en los escasos viajes a España, en especial para las regatas de Sanxenxo, donde la presencia de Juan Carlos no pasa desapercibida.
Pero no es Elena la única hija de Juan Carlos que mantiene lazos de cariño con su padre. Cristina, también muy afectada por la situación, habría elevado el tono pidiendo algo concreto: “Que la reina Sofía interceda ante Felipe para que se permita el regreso de Juan Carlos a España.” Así se extrae de la conversación que, según distintas fuentes, sostuvieron madre e hija en el Palacio de la Zarzuela, donde la emérita reside. Cristina desea que el reencuentro familiar —por lo menos, la presencia del padre en España— sea algo más que un anhelo imposible.
El rey emérito sí tiene alternativa habitacional
No es la primera vez que se plantea el regreso de Juan Carlos, ni la primera vez que sus hijas se ofrecen para ayudarlo. La infanta Elena incluso reformó parte de su hogar con el fin de adaptar espacios a las necesidades de alguien con problemas de movilidad.
Sin embargo, el rey Felipe se negó a que el emérito viviera con su hermana, temiendo que ello reavivara críticas mediáticas y suscitará fricciones con Letizia o con el propio entorno de la Zarzuela. El resultado es que la oferta de Elena cayó en saco roto y Juan Carlos siguió en Abu Dabi, lejos de la familia y de la opinión pública española.
Un futuro incierto para Juan Carlos
Queda ahora por verse si la petición de Cristina a Sofía tendrá eco. Aunque la reina emérita conserva un fuerte lazo afectivo con Felipe y en múltiples ocasiones han recalcado lo unidos que están, no es tan seguro que Felipe consienta alterar el status quo que, a su juicio, evita tensiones en la Corona. Por más que se informe que el emérito sufre graves problemas de movilidad y echa de menos la vida en España, el monarca parece sentirse obligado a mantener las distancias para salvaguardar su imagen.
Lo que sí parece claro es que el clamor de las hijas —especialmente de Elena y Cristina— para un eventual retorno del padre a territorio español no cesará. Con doña Sofía como centro de esa convergencia, el dilema es si Felipe, mientras gobierna en solitario y cuida la reputación de la Corona, dará el paso de permitir que su padre pase sus días en la península. Se diría que hay un pulso emocional en marcha: la nostalgia de un padre contra la conveniencia institucional.